«Me alegra haber explotado»

25 años, estudiante de danza

Se está liando un cigarrillo sentada en las escaleras de la parroquia Sant Joan Baptista, en la plaza de la Virreina de Gràcia. Admite que el sábado estuvo «en medio del follón» y acepta hablar a cambio de no decir su nombre. Solo explica que es estudiante de danza y que tiene 25 años. Apuró la fiesta desde la medianoche hasta las cinco de la madrugada. «Recuerdo las plazas llenas... la del Diamant, la de la Virreina... Era maravilloso», expone.

Tampoco se arrepiente. Tampoco ha hablado de ello con sus padres: «Digo que no estuve, que qué mal lo hicieron y ya está». Pero la verdad es que, para ella, el estallido del sábado fue como una especie de manifestación. Una muestra del cabreo de la gente frente a las restricciones de la pandemia. «Que no te dejen estar en la calle por la noche me parece un recorte de derechos y libertades esenciales muy bestia. Nos están reprimiendo, nos quieren controlar, y a mí lo del sábado me gustó. Me alegró que la gente explotara y dijera: ‘Hasta aquí’», prosigue. No se considera negacionista, pues admite que hay un virus que mata, y asume que las fiestas irán a menos.

«Me cabrea que no nos dejaran estar en la calle. Y más en este barrio, donde siempre hay follones con la policía cuando estás bebiendo en las plazas», añade. «Solo nos dejan beber en las terrazas, ¡pero es que la gente del barrio no podemos pagarlo!», exclama. Según ella, la verbena del 9-M también fue una pequeña revuelta. «Volvería. No pienso pedir disculpas», concluye.