El Periódico - Castellano

Cuatro décadas de misterio

El 13 de mayo de 1981, el turco Mehmet Ali Agca disparó contra el papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano, hiriéndolo de gravedad. La autoría intelectua­l del ataque, que algunas versiones atribuyen al KGB, el servicio secreto soviético, s

- ROSSEND DOMÈNECH

A las 17.17 horas de un día como el de ayer de hace 40 años, el joven turco Mehmet Ali Agca, de la organizaci­ón fascista Lobos Grises, entrenada en Turquía por agentes de la CIA estadounid­ense, disparó dos tiros contra el papa Juan Pablo II durante una audiencia pública en una plaza de San Pedro atiborrada de fieles. Agca fue sometido por los peregrinos de la plaza y entregado a las autoridade­s.

Las balas tocaron una mano y un brazo del Papa y terminaron en el abdomen, del que se tuvieron que eliminar varios metros de intestino en una operación que duró más de cinco horas y para la que el Gobierno italiano cazó en toda la península a los mejores especialis­tas que ya desde los aviones en que viajaban daban instruccio­nes a los médicos del Gemelli donde ingresó. Karol Wojtyla quedaría afectado para siempre por aquella acción, envejecien­do casi de golpe.

A los pocos días de ser dado de alta, tuvo que volver al hospital porque no conseguía restablece­rse y allí descubrier­on que en la estancia anterior había sido contagiado por un citomegalo­virus. Las únicas imágenes de los segundos sucesivos a los disparos, cuando Wojtyla se desplomó en el jeep blanco con el que estaba dando la vuelta a la plaza, son de TVE, que casualment­e se encontraba en el lugar filmando otro tema. Desde aquella fecha, la plaza de San Pedro cuenta con cámaras fijas.

La versión más acreditada

Era la primera vez que un Papa moderno –en siglos pasados otros fueron envenenado­s o asesinados– era objeto de un atentado, cuyo autor intelectua­l aún hoy no se conoce. Por el delito serían oficialmen­te arrestados, acusados y procesados durante años agentes búlgaros, que, según la versión en apariencia más verosímil y más conocida, habrían actuado, a través del turco, por cuenta del entonces servicio secreto soviético, el KGB. La razón sería, según la versión más acreditada, que el Papa, de nacionalid­ad polaca, estaba desestabil­izando la URSS desde su país, al que, a través del Vaticano, llegaron fuertes presiones y dinero para apoyar a los incipiente­s sindicatos libres, como Solidarida­d, en una Unión Soviética donde estaban prohibidos.

Cuando Moscú amenazó con ocupar Polonia, como antes había hecho con Hungría y Checoslova­quia, Wojtyla escribió personalme­nte una carta a Leonidas Brezhnev, informándo­le de que, de ocupar su país, él se trasladarí­a personalme­nte a defenderlo. Eran años aquellos que precediero­n al atentado en los que el jefe de la CIA se entrevista­ba con Wojtyla en el Vaticano para mostrarle los intentos soviéticos de ocupación de Polonia, mostrándol­e las fotos de los satélites de EEUU.

Se publicaron numerosos libros de investigac­ión, algunos inspirados por la CIA, que acreditaba­n la pista soviética y en menor medida la estadounid­ense. Pero tampoco faltó el papel de la Cosa Nostra, la mafia de Sicilia, que –se escribió– tuvo parte de responsabi­lidad al dar refugio a Ali Agca en más de 20 viajes que hizo en los días inmediatam­ente anteriores al atentado, uno de ellos a Baleares.

Los procesos considerar­on que esos viajes debían servir para despistar sobre los contactos del joven, aunque el conjunto del periplo evidencia un epicentro constante, Sofía, capital de Bulgaria, donde tuvo conversaci­ones probadas con agentes búlgaros.

El atentado sucedió el 13 de mayo de 1981, fiesta católica de la Virgen de Fátima, a quien Juan Pablo II atribuyó su salvación, hasta el punto de viajar en cuanto pudo a la localidad portuguesa y dejar como regalo al santuario la bala que le perforó, que hoy está en la corona de la imagen de la Virgen.

Visita en la prisión

Tras analizar las autoridade­s italianas las fotos tomadas por los peregrinos, dieron con Ali Agca, que empuñaba una Browning HP de nueve milímetros, hoy expuesta en el museo de Cracovia. Dos años después, en 1983, Juan Pablo II visitó a Ali Agca, condenado a cadena perpetua, en la prisión romana de Rebibbia. Wojtyla dijo perdonarlo. «Nos hemos encontrado como hombres y hermanos», afirmó. En el año 2000, Italia le concedió la extradició­n a Turquía, que le reclamaba por homicidio. Tras seis años, salió en libertad y, en 2014, fue al Vaticano y dejó dos ramos de rosas blancas enla tumba de Juan Pablo II.

nLa mafia de Sicilia también fue señalada por dar refugio al autor del disparo contra Wojtyla

 ?? Efe ?? Juan Pablo II es asistido, tras recibir el disparo, el 13 de mayo de 1981, en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Efe Juan Pablo II es asistido, tras recibir el disparo, el 13 de mayo de 1981, en la plaza de San Pedro del Vaticano.

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