La población vacunada de EEUU podrá ir sin mascarilla
Las autoridades sanitarias mantienen la obligatoriedad en algunos espacios cerrados como geriátricos, hospitales y transporte público.
Estados Unidos ha dado un paso más para tratar de recuperar la ansiada normalidad a medida que crece el porcentaje de estadounidenses inmunizados frente al covid-19. Sus autoridades sanitarias anunciaron ayer que todos aquellos que estén completamente vacunados podrán prescindir de la mascarilla tanto en espacios exteriores como interiores, y no tendrán que mantener la distancia de seguridad estipulada hasta ahora. «La ciencia es clara: si estás completamente vacunado, estás protegido y puedes empezar a hacer aquellas cosas que dejaste de hacer por la pandemia», subrayaron los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) en un comunicado. Las autoridades esperan que estas medidas ayuden a incentivar la vacunación, que está perdiendo fuelle.
El levantamiento de las restricciones tiene algunos matices. Los CDC recomiendan a los vacunados que sigan utilizando la mascarilla en espacio públicos como hospitales, autobuses, aviones, cárceles o geriátricos, pero el cambio es sustancial respecto a lo prescrito hace dos semanas, cuando se dijo que los vacunados debían mantener la mascarilla en interiores y espacios multitudinarios al aire libre. Pero la agresiva campaña de vacunación está dando sus frutos. Los contagios por coronavirus están en su nivel más bajo desde septiembre, las muertes en niveles comparables a los de abril de 2020 y el índice de positividad es el más bajo desde que comenzó la pandemia. Todos estos datos se suman a la alta efectividad demostrada por la vacuna en varios estudios científicos recientes.
Esperando el momento
«Llevábamos mucho tiempo esperando este momento, el momento de recuperar algo parecido a una sensación de normalidad», dijo la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky. El gran desafío al que ahora hace frente el país pasa por mantener el ritmo de la campaña de vacunación. Las dosis administradas diariamente rondan actualmente los 2,1 millones, lejos del pico de 3,3 millones administradas a mediados de abril. Un 46% de los estadounidenses ha recibido al menos el primer pinchazo y alrededor de un tercio ha completado la vacunación.
A diferencia de lo que sucede en otros países, el problema en Estados Unidos no reside en la falta de suministro, sino en el elevado porcentaje de ciudadanos que tienen dudas sobre la seguridad de las vacunas. Esta circunstancia está llevando a algunas empresas, ciudades y estados a ofrecer incentivos a la población para que se inmunice, desde una lotería en Ohio con premios de hasta un millón de dólares hasta tarjetas regalo, dónuts o cerveza.