Salón con mascarillas
Fitur 2021 es una feria atípica, marcada por las mascarillas y las pruebas PCR y de antígenos. Pero también por una menor afluencia de público por el covid.
«Sabíamos que no sería un Fitur normal», reconocía el director del pabellón de México, Rodrigo Hurtado. «Hay menos gente y menos actividad y se nota en la caída del número de reuniones entre empresas, pero aquí estamos para impulsar el turismo», coincidía la directora territorial de márketing y negocio de Turismo de Portugal, Carla Simone.
Tampoco hay cócteles en los distintos expositores (están prohibidas la comida y bebida) e incluso el tiempo, con un sol y calor primaveral, marcan la diferencia en una feria que se suele celebrar a finales de enero.
«Lo que hay son muchas ganas», apunta el responsable de feria de la Costa Brava y el Pirineo de Girona, Gerard Franch. Entre las propuestas de este año, el visitante podrá visitar un trozo de un patio cordobés, recreado en el stand de esta ciudad, conocer los zuecos tradicionales de Galicia o las muñecas matrioska en un expositor de un turoperador ruso.
Quizás se pueda topar también con algún representante del carnaval canario, que fueron los encargados de poner la nota de color, y plumas, a la primera jornada. O los dos robots de Madrid que informan sobre las propuestas turísticas de la comunidad.
También se puede tropezar, por primera vez en la feria, con
una locomotora de vapor de 1925: forma parte del tren de Arganda que todos los domingos de primavera a otoño realiza un viaje por esta localidad gracias a un grupo de voluntarios.
Y si lo que busca son actividades, un cubo de espejos en Argentina le hará viajar a distintas zonas del país, mientras que en Andalucía puede participar en túneles sensoriales. Uno ofrece un viaje visual desde Guetaria hasta Sanlúcar de Barrameda mientras el usuario pedalea y revive el esfuerzo de Magallanes y Elcano en su primera vuelta al mundo. Mientras el otro propone una carrera virtual a caballo en Sanlúcar.
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