El Periódico - Castellano

Reducir la velocidad para evitar los accidentes y salvar vidas

Naciones Unidas marca el objetivo de disminuir a la mitad los siniestros de tráfico mortales para el 2030 La reducción a 30 km/h en las ciudades es clave, pero el gran reto está en los países de renta baja

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Naciones Unidas ha marcado para esta década un objetivo ambicioso: reducir a la mitad las muertes que se producen a causa de accidentes de tráfico en todo el mundo. Y, para ello, no hay nada más efectivo que levantar el pie del acelerador para disminuir la velocidad en las vías urbanas. De hecho, a lo largo de esta semana se está celebrando la Semana Mundial para la Seguridad Vial, con el objetivo de reivindica­r la limitación a 30 km/h en las ciudades. Y la meta de la ONU también concuerda con acciones ya en marcha, como el proyecto Rights of Way de Abertis y Unicef.

Hasta el 23 de mayo, en todo el planeta se están celebrando actividade­s sobre seguridad vial bajo el lema de Love 30, con el fin de reivindica­r la disminució­n de la velocidad urbana para salvar vidas. Y es que cada 24 segundos se produce un accidente de tráfico mortal en el mundo. «La limitación de la velocidad a 30 km/h (20 mph) en zonas donde se mezclan las personas y los automóvile­s contribuye a que las calles sean saludables, ecológicas y adecuadas para convivir; en otras palabras, calles para la vida», remarcan desde la ONU.

La ONU cita tres ventajas de limitar a 30 km/h la velocidad en las ciudades, todas ellas relacionad­as con metas que van más allá de la propia seguridad vial y que encajan con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Por un lado, salvar vidas, ya que esta reducción ayudaría a evitar los fallecimie­ntos por siniestros de tránsito y proteger a todos los que las transitan por ellas, especialme­nte a los más vulnerable­s. Asimismo, contribuir­á a hacer ciudades más saludables y sostenible­s.

EN VIGOR EN ESPAÑA. La semana pasada entró en vigor en toda España la limitación de la velocidad a 30 km/h en las vías urbanas de un único sentido de circulació­n, una medida que afecta a entre un 60% y un 70% de las calles. No fueron los únicos cambios en las normas de tráfico: el límite de velocidad en núcleos urbanos será a partir de ahora de 20 km/h en vías de plataforma única de calzada y acera y 50 km/h en las de dos o más carriles por sentido. Medidas que, por otra parte, ya se aplican desde hace un tiempo en algunas vías de ciudades como Barcelona.

Estos nuevos límites de velocidad pretenden, según la Dirección General de Tráfico (DGT), calmar la circulació­n, aunque también llevarán a una reducción del ruido y de la contaminac­ión, lograr ciudades más habitables y garantizar una convivenci­a segura entre los vehículos y los usuarios vulnerable­s. Diversos estudios constatan que la probabilid­ad de morir en caso de atropello es de un 15% si se circula a 30 km/h y aumenta a un 85% a 50 km/h.

ACTUACIÓN GLOBAL. Sin embargo, para conseguir reducir a la mitad los accidentes de tráfico en el 2030 tal y como marca la ONU, la mayor parte de los esfuerzos deben centrarse en los países en desarrollo. Cerca de 1,25 millones de personas mueren cada año en las carreteras del mundo, y el 90% de ellos se concentran en los países de renta baja y media. Y eso que la población en estos países solo posee la mitad de los vehículos del mundo. Así, el riesgo de morir en carreteras también depende en gran medida de donde vivan las personas: Europa tiene el menor número de muertes por accidentes de tráfico por cada 100.000 habitantes, mientras que África tiene la tasa más alta.

Además, entre los más afectados por esta siniestral­idad están los colectivos vulnerable­s, entre ellos los niños y adolescent­es. Las lesiones por accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los menores en todo el mundo. En este sentido, más de 3.000 niños mueren en las carreteras cada día, según la Child Health Initiative. Y cerca de 10 millones de niños al año resultan heridos o con discapacid­ad.

Para frenar estos números, en el 2017 surgió la iniciativa Rights of Way de la Fundación Abertis y Unicef, en la que también está implicada el Institut Guttmann. Un acuerdo para proteger a los niños en las carreteras del mundo y ofrecer un trayecto seguro a la escuela que ha tenido que dar un frenazo debido a la pandemia, pero que está previsto que se reactive cuando desaparezc­an los restriccio­nes. En la primera etapa de Rights of Way se han llevado a cabo acciones por la seguridad vial en Filipinas, Jamaica y en las dos ciudades más grandes de Brasil, Sao Paulo y Rio de Janeiro, donde la siniestral­idad es un problema de salud pública. Una vez superada la pandemia del coronaviru­s, el proyecto conjunto seguirá en marcha para seguir mejorando la seguridad vial en el mundo.M

EL OBJETIVO La semana de la ONU busca metrópolis más seguras, sanas y sostenible­s

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Precaución en todos los ámbitos. Arriba, la AP-7 a su paso por Sant Cugat. Abajo, calle con limitación a 30 km/h y paso de peatones escolar en Jamaica.
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