Rusia sale al rescate ante la avalancha de condenas
Rusia salió ayer al rescate de su aliado bielorruso ante la oleada de condenas internacionales que le han llovido por desviar un avión de pasajeros en pleno vuelo para arrestar al opositor Roman Protasevich. El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, consideró que el comportamiento de las autoridades de Minsk durante y después el incidente fue «razonable», al tiempo que pidió una valoración «no apresurada de la situación». Diputados oficialistas rusos y destacados dirigentes de medios de comunicación gubernamentales jalearon al mandatario bielorruso, llegando a saludar «la jugada».
Lavrov intentó calmar la indignación internacional haciéndose eco de una supuesta voluntad del Gobierno de Minsk de acoger «expertos internacionales» para dirimir el incidente. En términos similares se manifestó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin: «Corresponde a las autoridades internacionales hacer una evaluación de lo sucedido», dijo en su encuentro diario con la prensa.
Maria Zajárova, portavoz de Exteriores, adoptó un perfil más agresivo, acusando a Occidente de hipocresía y equiparando el incidente con el aterrizaje forzoso en Austria, en 2013, del avión del entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, bajo la sospecha de que a bordo viajaba Edward Snowden, en busca y captura por EEUU.