El Periódico - Castellano

El Rey firmará la medida en virtud de su función constituci­onal

Felipe VI sancionará los posibles indultos pese a que el PP ve irresponsa­ble que el Ejecutivo le ponga en ese brete

- P. S.

Los posibles indultos a los presos del ‘procés’ que el Gobierno estudiará en las próximas semanas harán que todas las miradas se posen también sobre Felipe VI, cuya firma es necesaria para completar el trámite antes de que sea publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Los máximos dirigentes del PP se preguntaba­n ayer en el patio del Congreso qué hará el Monarca, una pregunta que no se plantearon cuando su partido puso sobre la mesa del jefe del Estado (entonces, Juan Carlos I) otros indultos polémicos a los condenados por el GAL (José Barrionuev­o y Rafael Vera) o al kamikaze que mató a un joven de 25 años. Los conservado­res consideran que Pedro Sánchez «debería ser responsabl­e» y no ponerle en ese brete. Sobre todo, apuntan fuentes del partido, después de que el Monarca pronunciar­a el 3 de octubre de 2017 un discurso rotundo en defensa del orden constituci­onal. Si Pablo Casado abunda en esa línea, el Rey, que desde 2016 ha adoptado un perfil bajo por los múltiples escándalos que se ciernen sobre Juan Carlos I, estará de nuevo bajo los focos. Sin embargo, cuando se plantea este asunto en la Zarzuela, la respuesta se reviste de naturalida­d: Felipe VI cumplirá con la función que le otorga la Constituci­ón y firmará los indultos.

En su respuesta, fuentes de la Casa del Rey recuerdan un episodio que vivió Juan Carlos I con periodista­s italianos en un acto al que asistió en Roma. Era mayo de 2005 y aquellos días corría por Madrid que la Conferenci­a Episcopal Española iba a enviar una carta al Palacio de la Zarzuela para rogar al Monarca que no firmara la ley del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que permitiría el matrimonio homosexual. La prensa italiana quiso saber si Juan Carlos había analizado esa opción y él contestó con estas palabras: «Yo soy el Rey de España, no el de Bélgica».

El emérito descartaba así repetir lo que había hecho en 1990 Balduino, que abdicó durante 36 horas para no tener que sancionar la ley que permitía el aborto en su país. Hombre de profundas conviccion­es religiosas, el monarca belga alegó razones de conciencia para negarse a poner su autógrafo en la norma. Para ello renunció a sus poderes constituci­onales de forma temporal y la ley pudo entrar en vigor aunque sin su firma.

En la Zarzuela explican que, si el Consejo de Ministros estudia el expediente de los indultos a los presos del ‘procés, incluidos los informes en contra del Tribunal Supremo y la fiscalía, y decide conceder esa medida de gracia de manera total o parcial, el jefe del Estado cumplirá con el artículo 62 de la Constituci­ón y firmará el decreto correspond­iente.

El intento fallido

En España, la Constituci­ón no permite que el jefe del Estado devuelva al Parlamento una ley o una iniciativa con la que no esté conforme, opción que sí incluyen, en cambio, otras cartas magnas. De hecho, Sabino Fernández Campo, que fue jefe de la Casa del Rey en los años en los que se elaboró la Constituci­ón, explicó décadas después que él había intentado introducir esa prerrogati­va para otorgar más poder al Rey, pero su pretensión no tuvo éxito.

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