Iceta propone modernizar el modelo de las oposiciones
Los exámenes en la Administración General del Estado serán más cortos y menos memorísticos y con convocatorias más predecibles desde 2025
Procesos de selección más cortos y con menos pruebas, menos memorísticos y con posibilidad de examinarse sin tener que ir a Madrid. Así pretende el Gobierno que sean las oposiciones en la Administración General del Estado (AGE) a partir de 2025, según expuso ayer el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta. Unas modificaciones que, de momento, tienen el rango de recomendaciones y que no afectarán a los procesos ya en curso, ni condicionarán los procesos de selección de perfiles dependientes de las autonomías, como los maestros o los sanitarios.
Otra reforma algo más inmediata y que está previsto que entre en vigor en 2022 es un nuevo calendario de oposiciones: la Administración estatal se compromete a publicar cada enero una recopilación de todos los concursos de la AGE que saldrán ese año. Así los futuros opositores podrán consultar cuántas plazas saldrán ese año y las demás condiciones.
Este manifiesto de reformas está pensado para la nueva generación de empleados públicos que deberá empezar a relevar a la envejecida plantilla de la AGE: los funcionarios del SEPE, de la Tesorería General de la Seguridad Social y los inspectores de Hacienda , entre otros. Además, Iceta plantea habilitar una pasarela entre la Administración y la universidad para que en determinados másteres se imparta contenido que posteriormente encaje con un proceso de selección para una plaza pública.
Las líneas maestras de la reforma para reformular los procesos de selección en la Administración central están sintetizadas en un documento de 50 páginas, fruto de seis meses de trabajo con 100 profesionales consultados. Una vez presentado, Iceta deberá coordinar y consensuar con el resto de ministerios el detalle de esos cambios. En los próximos 10 años está previsto que la mitad de la actual plantilla de la AGE esté en edad de jubilarse y el relevo generacional se acelerará en los próximos años.
La propuesta incluye reducir las pruebas a dos y acortar el tiempo para acceder al puesto
Menos tiempo para empezar
La declaración de intenciones de Iceta busca sacudir el modelo de oposiciones actuales. Una de las primeras teclas que quiere tocar es la reducción del tiempo que pasa entre que se oferta una plaza pública y la persona que la gana acaba ocupándola. Ahora se puede tardar años cuando y se pretende que el tiempo que pase entre que la persona se examina e ingresa en dicha plaza sea de unos seis meses.
Ello pasará también por la reducción del número de pruebas en determinados supuestos. Actualmente gran parte de los procesos de selección consisten en tres pruebas y el ministro Iceta aboga por reducirlas a dos. Y también eliminar especialmente los exámenes escritos que se basan únicamente en la acreditación memorística y sustituirlos por pruebas orales rápidas.
El documento también recomienda descentralizar los procesos y que los opositores de toda España no tengan que ir obligatoriamente a Madrid. Es por ello que Iceta habilitará 19 puntos de examen en todo el país. Para reducir esos tiempos, las pruebas de idiomas se podrán sustituir por certificados europeos.
Iceta se comprometió a que el documento conjunto esté cerrado antes de acabar el año. Y además de negociar con sus colegas de Gobierno, deberá discutir esta reforma con los sindicatos con representación mayoritaria entre los empleados de la función pública (CSIF, UGT y CCOO).