Presidencias de empresa con mucha brecha
Una mujer en España tiene 16 veces menos posibilidades que un hombre de presidir una empresa del Ibex, según el informe Closing Gap.
En España, cuando las niñas miran un programa de televisión o navegan por su teléfono móvil y ven a un político, un empresario o un líder de comunicación, solo una de cada cuatro veces se encuentran con una mujer en la que referenciarse. Y cuánto más alto miran, menos posibilidades tienen de encontrar con un futuro yo. Las brechas de género son especialmente acuciadas en los puestos de más alto poder económico, hasta el punto de que la probabilidad de que una mujer llegue a presidir el consejo de administración de una empresa del Ibex 35 es 16 veces menor que los números que tiene un hombre. Así lo recoge un informe presentado ayer por la plataforma Closing Gap y la consultora Kreab, que sitúa a España por debajo de la media de la Unión Europea (UE) en relación al número de mujeres que ocupan cargos «de poder».
El informe destaca que, en el ámbito del poder económico, las posibilidades de ascenso de las mujeres están considerablemente más cuesta arriba para acceder a la máxima responsabilidad en las compañías y en otros ámbitos de alta responsabilidad. Hasta el punto de que entre las empresas del Ibex 35, tan solo hay dos mujeres presidentas y una consejera delegada, lo que representa menos del 6%. Una de esas presidentas es Ana Patricia Botín, del Banco Santander, y que heredó la firma de su padre. La otra es la exministra socialista Beatriz Corredor, de Red Eléctrica; y la consejera delegada es María Dolores Dancausa, de Bankinter.
Lejos de la paridad
Un peldaño por debajo, en los puestos directivos de esos consejos de administración, la proporción es mayor pero todavía anda muy lejos de la paridad: el 32% son mujeres, según destaca el estudio. Para el año 2022, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha marcado como objetivo que todos los consejos de administración de las empresas cuenten con, al menos, el 40% de mujeres directivas. Si bien esas cimas se muestran especialmente hostiles y escarpadas para las mujeres, la desigualdad de género –ese techo de cristal al que se alude con mucha frecuencia– también se visibiliza en escalas inferiores de las compañías y de otros puestos relacionados con el poder.
Durante los últimos cinco años la reducción de la diferencia de presencia entre hombres y mujeres se ha estancado también entre las capas intermedias y de alta dirección de las empresas, según se desprende del informe elaborado por Closing Gap.
La falta de representantes políticos de alto nivel institucional que sean mujeres es una de las mayores brechas de género en España. Concretamente, solo el 22% de las posiciones de poder político las ocupa actualmente una mujer. Se trata de un dato que puede parecer paradójico en un país donde las cuatro vicepresidentas del Gobierno son mujeres o que en gobiernos autonómicos, como el recién Ejecutivo formado en Catalunya, hay más ‘conselleres’ que ‘consellers’.
Carencia histórica
No obstante, desde Closing Gap señalan que este el indicador «no solo valora la presencia de mujeres en parlamentos nacionales y autonómicos, sino también el tiempo en que una mujer ha sido el máximo mandatario del país». Y aquí España tiene mucho campo por recorrer todavía. Pues así como los alemanes están gobernados por Ángela Merkel desde hace ya años, los británicos lo han estado recientemente por Theresa May –y en el pasado por Margaret Thatcher– o los noruegos han reelegido recientemente a Erna Solberg como primera ministra, en España la silla de presidente del Gobierno todavía no la ha ocupado mujer alguna. Así como la de la Generalitat tampoco, después de más de 40 años de democracia.