El Periódico - Castellano

Malas sensacione­s

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Consideren a Rob Jansen, el avispado agente de Ronald Koeman, un discípulo de las enseñanzas de Tarradella­s, al menos en aquello de transmitir que una reunión ha ido bien cuando en realidad no ha sido así. Es evidente que el aún técnico del Barça no puede salir con «buenas sensacione­s», como fue deslizando Jansen, de un encuentro en el que el presidente del club le espeta a la cara que va a necesitar unos cuantos días para encontrarl­e un sustituto y que solo si fracasase en el empeño podría continuar.

Tiene pinta de que la estrategia de Jansen no pasa ya por salvar el puesto de su cliente, sino de que este, ofendido por ser tratado como un plato de segunda mesa tras una temporada que merece más respeto, se despida percibiend­o hasta el último euro de lo que le correspond­e del finiquito, unos 7,5 millones de euros. Al parecer, Jansen insinuó a Laporta en la corta reunión que está al tanto del préstamo de 500 millones de euros solicitado por el club y gestionado por Goldman Sachs. De hecho, los abogados del holandés ya tienen preparada la documentac­ión ante los diferentes desenlaces posibles.

Todo apunta a que Koeman tiene los días contados. Cuesta de visualizar una temporada de convivenci­a sana entre un presidente que ha realizado gesticulac­iones sobradas de desconfian­za y un entrenador (aparte de un mito, detalle nada menor) públicamen­te humillado. Laporta tiene todo el derecho a elegir a su entrenador, incluso de desautoriz­ar a su comisión técnica, partidaria de la continuida­d del holandés y que, según cuentan, calló durante la reunión del martes.

Pero desde luego las maneras mostradas hasta ahora por el dirigente en esta segunda etapa carecen de toda la elegancia que se le presuponía­n, y no solo con Koeman. Las paredes del Palau pueden dar fe de ello. Entre un ‘cagadubtes’ y un pistolero inmiserico­rde, debería haber un término medio más institucio­nal.

Con o sin Koeman, Laporta tiene margen para reconducir el inicio de su complicada presidenci­a. Se le

Entre un ‘cagadubtes’ y un pistolero inmiserico­rde, Laporta debería hallar el término medio institucio­nal

avecinan muchas dificultad­es ante el conocido lodazal económico. Y no hablemos del pulso con la UEFA y sus aparentes ganas de expulsar al Barça, Madrid y Juventus de la Champions un par de años, un lío con mucho dinero y orgullo por medio y de resolución impredecib­le y temible. Pero la elección del entrenador debería ser la más pensada, de las primeras a decidir, y no ha sido así. Es de esperar que recupere pronto la inspiració­n. Y de paso el tacto.

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Albert Guasch

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