La Ricarda, la pequeña Galia verde del Baix Llobregat
La zona en la que se quiere ampliar el aeropuerto de El Prat es un humedal del siglo XVII que, según los expertos, es el espacio natural más valioso del tramo final del río. En 2004, el delta ya experimentó una impactante transformación con el traslado de la desembocadura.
Es un milagro que una ciudad del tamaño de Barcelona tenga a tiro de piedra una zona de cultivos tan extensa como es el parque agrario del Baix Llobregat, un pulmón flanqueado por coches, trenes, aviones y un río en el que todavía laboran, de sol a a sol, cerca de 30 campesinos, más de medio centenar si se cuenta a los jubilados que mantienen una pequeña porción de tierra. A la lucha agrícola se le une la vinculada a la biodiversidad, a la protección de espacios naturales que son de lo poquito más o menos virgen que queda en el tramo final de un río que en 2004 ya experimentó, de la mano del hombre, una gran transformación al trasladar la desembocadura un par de kilómetros más al sur. Para evitar inundaciones, se dijo, pero también para poder ampliar el puerto y colocar una zona de carga de contenedores.
El debate se centra ahora en el aeropuerto y la hipotética ampliación de la tercera pista que permita ascender en la liga mundial de aeródromos con la ocupación de los dominios de La Ricarda. Un hub internacional, lo llaman. Los ecologistas, los payeses, los científicos y el Ayuntamiento de El Prat lo tienen claro: ni hablar. Los galos de Uderzo pudieron con los romanos. Veremos cómo les va a ellos.
María José Albaladejo es la gerente del Consorcio de Espacios Naturales del Delta del Llobregat. Pide, antes de entrar en los detalles de su rechazo al plan, que quede claro que el estanque de La Ricarda «no es artificial», tal y como, lamenta, se ha dicho desde las altas esferas de AENA, «incluido su presidente, Maurici Lucena», advierte. Es, al parecer, y según se ha podido documentar, un antiguo brazo del río creado en el siglo XVII, y es precisamente su veteranía lo que, a ojos de esta experta, convierte en «absurdo cualquier intento de compensar la pérdida de este espacio con la creación de otros entornos naturales». Básicamente, porque es un «ecosistema que no se puede reproducir». Para que se entienda, Albaladejo asegura que sería más fácil reproducir la Sagrada Família que el entorno natural de La Ricarda. «Porque son hábitats maduros y muy consolidados». Por todo ello, considera que la ampliación no se llevará a cabo, entre otras cosas «porque Europa no lo permitirá y va contra el sentido común». Es, concluye, «el espacio con mayor grado de naturalidad de todo el delta y la zona húmeda menos modificada».
Maria García, de Ecologistas en Acción, más allá de compartir el daño al espacio natural, señala lo irónico que resulta que Barcelona y el Govern hayan aprobado en los últimos dos años sendas declaraciones de emergencia climática o que la
Unión Europea ponga deberes a los estados sobre reducción de emisiones contaminantes «y que aquí se hable de ampliar un aeropuerto». Recuerda, además, que Londres y Ámsterdam han aplazado proyectos similares en sus aeródromos de Heathrow y Schiphol. «Lo único que buscan -a su modo de ver– con la excusa del famoso hub, es beneficiar a las empresas constructoras».
«No es cosa de ‘hippies’ locos»
Jaume Grau, responsable de esta misma oenegé en el Baix Llobregat, quiere dejar claro que la negativa a los planes de AENA no es la reacción de «cuatro hippies locos». «La gente cree que las consecuencias del cambio climático las sufrirán los osos polares o las ballenas. Y no. Es una cosa que nos afectará a todos. El capitalismo neoliberal acelera la degradación y no hay planeta suficiente para soportar este ritmo de crecimiento». En la zona en la que se pretende ampliar la tercera pista, señala Grau, hay especies de flora y fauna protegidas por normativas tanto catalanas como europeas. La Kosteletzkya, por ejemplo, un impronunciable ejemplar de la flora silvestre mediterránea que solo vive en humedales. La de La Ricarda, sostiene, «es la única población de esta planta en toda Catalunya». Hay, además, 11 tipos distintos de orquídeas. Entre las aves, destacan los flamencos, la gaviota de Audouin, la avoceta común o el morito (el único ibis que habita en Europa).
La Ricarda es también una estación de servicio para todas las aves que migran de África al norte de Europa, y la ampliación de la tercera pista las dejaría sin este espacio de descanso que queda a medio camino entre el delta del Ebro y los Aiguamolls de l’Empordà. Se marcharían de aquí, advierte Grau, pero esas otras dos zonas protegidas también podrían verse perjudicadas porque las aves acabarían buscando otros itinerarios que no requieran etapas tan largas. Curioso, pues los animales deberían hacer viajes aéreos más largos mientras aquí el Gobierno se plantea seguir la senda francesa y prohibir los vuelos domésticos de corta duración que tengan alternativa ferroviaria eficiente. José David Muñoz, periodista y autor del único podcast en español dedicado a la ornitología, considera, como Albaladejo, que trasladar el paraje a otro lugar «no tiene ningún sentido», puesto que es «imposible reproducir un lugar único en el delta».
A nivel agrícola, Xavi Oliva, vicepresidente de la Cooperativa Agrícola de El Prat, cree que los planes del aeropuerto se llevarían por delante entre 60 y 80 hectáreas, a las que habría que añadir «las tierras que ocuparían para crear nuevos humedales al otro lado de las pistas». Es de los que cree que la decisión «está más que tomada», reflexión que le trae a la memoria la expropiación que padecieron a principios de siglo con el cambio de desembocadura. «Se nos expropió a precio rústico y luego han construido un polígono y han instalado unas grúas inmensas para contenedores». «Me indigna que Barcelona sea capital mundial de la alimentación sostenible, que vengan a hacerse una foto y que ahora nos salgan con esto». Y pone otro ejemplo: «El Prat ampliará su pista y nosotros no hemos podido instalar un almacén de la cooperativa porque incumple la normativa del parque agrario».
«No se puede compensar su pérdida creando otros entornos naturales. Es un ecosistema irrepetible»
MARIA J. ALBADALEJO GERENTE CONSORCIO DELTA
«Lo único que buscan con la excusa del famoso ‘hub’ es beneficiar a las empresas constructoras»
MARIA GARCÍA ECOLOGISTAS EN ACCIÓN