Dirigentes sin sentido de Estado
Hace no mucho leí que el sentido de Estado forma parte de la cultura política elemental en todas las democracias. Supone que existe siempre un interés superior –el del Estado democrático– al de cada opción partidista. Tener sentido de Estado es no ser esclavo del electoralismo, que peca de coyuntural y oportunista.
Los valores son la mejor herramienta para actuar de manera correcta enfocándolos al servicio colectivo y las personas. Recordándolo, ya que comparto todo lo anterior, no es de extrañar que las declaraciones en relación con la crisis con Marruecos que han hecho dirigentes de algunos partidos políticos me produjeran indignación y mala leche. Es obvio que, a los ojos de cualquier analista imparcial, estos dirigentes carecen de respeto por los ciudadanos, los valores éticos y, en general, por España. Un político tiene que ser responsable de todos sus actos, porque conllevan una gran influencia en la sociedad. Por ello, creo que no deberían permanecer ni un minuto más en sus cargos.
Dudo de que esto suceda; por eso espero que los ciudadanos tomemos buena nota de quiénes son y dónde están y, con el poder que nos dan nuestros votos, los mandemos a ninguna parte. No podemos permitirnos tener dirigentes políticos carentes de dignidad y de sentido de la responsabilidad. Me da la impresión de que estamos adormecidos y muy callados, y no debemos olvidar que «la participación es un derecho que necesita práctica». Agrupémonos para potenciar nuestra participación en la mejora del sistema democrático. Tenemos que convertirnos en ciudadanos críticos y capaces para pedir explicaciones a los responsables políticos.
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