Pasajeros como monigotes
El pasado 6 de mayo, la compañía Vueling me envió un correo electrónico informándome de que habían cancelado mi vuelo a Tenerife Sur (TFS) desde Barcelona. Me daban dos opciones: reembolso del dinero o bien cambiar el billete, pero a partir del mes de julio. Al día siguiente llamé a Atención al Cliente y estuve una hora en espera, sin que ninguna persona se pusiera al teléfono. Repetían un mensaje que duraba unos 30 segundos en el cual alegaban que el motivo de la cancelación del vuelo eran las restricciones gubernamentales relativas al covid.
Hay que recordarle a Vueling que el estado de alarma se acabó el 9 de mayo. Ellos enviaron el correo electrónico el día 6 de mayo, cuando ya se sabía que decaía el estado de alarma y, además, mi vuelo salía el 12 de junio. El 10 de mayo escribí un correo electrónico para solicitarles el abono de la diferencia del precio que pagué para TFS con el que ahora tenía que comprar para Tenerife Norte (TFN), ya que fueron ellos los que decidieron cancelar el vuelo sin darme la opción de cambiar TFS por TFN. Me lo denegaron.
El 24 de mayo escribí un tuit para explicarles el problema y también me contestaron que no cabía reclamación. Para rematar, una vez cambiado el destino de TFS a TFN, el 11 de mayo me enviaron otro correo electrónico para informarme de que me cambiaban la hora del vuelo de vuelta. El 26 de mayo a las 16.13 horas me vuelven a cambiar otra vez el horario de regreso.
¿Por qué no dan la opción a sus clientes a cambiar el vuelo al otro aeropuerto de la isla? ¿Por qué una decisión empresarial de anulación de un contrato de transporte penaliza al cliente, teniendo que pagar más caro un vuelo que había contratado hace tiempo? ¿Qué se creen las personas que dirigen Vueling, que los pasajeros somos monigotes con los que pueden hacer lo que les dé la gana? ¿Dónde están las autoridades para sancionar como es debido estas actitudes indignas?