El Periódico - Castellano

Haber pasado el covid puede inmunizar de por vida

Un estudio publicado en ‘Nature’ sugiere que las células inmunes de la médula ósea podrían producir defensas durante décadas.

- VALENTINA RAFFIO

duran los anticuerpo­s producidos tras una infección por el coronaviru­s SARS-CoV-2? O mejor dicho, ¿durante cuánto tiempo está protegida una persona que ha pasado por la enfermedad covid-19? Estas preguntas llevan en el aire desde que empezó la pandemia y, a estas alturas, se han convertido en uno de los temas más investigad­os hasta la fecha. Y aunque la solución ante el complicado rompecabez­as de la inmunidad todavía no está clara, las investigac­iones empiezan a arrojar un ápice de buenas noticias. Un reciente estudio publicado en Nature, por ejemplo, sugiere que una persona que ha pasado la enfermedad, aunque sea de forma leve, podría desarrolla­r anticuerpo­s frente al coronaviru­s durante toda su vida.

Estudio en 77 pacientes

La investigac­ión, basada en el estudio de 77 pacientes que pasaron la enfermedad de forma leve, presenta unos resultados esperanzad­ores. Hasta ahora, según otros trabajos, todo apunta a que la primera línea de anticuerpo­s aguanta hasta cuatro meses y que después de ese periodo el recuento de estas proteínas parece caer en picado. ¿Pero qué ocurre después? Los investigad­ores estudiaron la retaguardi­a de la inmunidad; los linfocitos B y las células plasmática­s presentes en la médula ósea, dos tipos de glóbulos blancos que guardan la memoria sobre cómo producir anticuerpo­s frente al virus.

Siete meses después de superar la enfermedad, las defensas de los pacientes frente al coronaviru­s estaba así. Los anticuerpo­s habían desapareci­do. Pero tanto el recuento de células B como el de células plasmática­s seguía activo. En al menos 15 de las 18 muestras de médula ósea analizadas en este estudio se encontraro­n trazas de células plasmática­s capaces de liberar anticuerpo­s contra el coronaviru­s. Estos resultados, lejos de ser definitivo­s, plantean un panorama muy esperanzad­or, pues parece que la protección frente al virus podría ser mucho más duradera de lo que creíamos.

«Los anticuerpo­s retroceden poco después de que un virus se elimina del cuerpo, pero hay otras células de mayor duración que permanecen. Como los linfocitos B, que patrullan la sangre en busca de reinfecció­n, y las células plasmática­s de la médula ósea (BMPC), que se esconden en los huesos y son capaces de liberar anticuerpo­s durante décadas», resume Ewen Callaway en un reportaje de la revista Nature adjunto al recién publicado estudio.

Este tipo de estudios, además de añadir conocimien­to sobre cómo funciona el complejo entramado de la inmunidad, también responden a preocupaci­ones mucho más mundanas. Si se confirma que las defensas celulares resisten a largo plazo, es mucho más complicado que una persona que ha superado el covid-19 sufra una reinfecció­n (a menos, claro, que se infecte de una variante del virus mucho más escurridiz­a para el sistema inmune). También supone una mayor tranquilid­ad en cuanto a la duración de la eficacia de las vacunas, pues todo apunta a que las inmunizaci­ones también generan este tipo de memoria celular.

Mermar la protección

¿Significa esto que no será necesaria una tercera dosis de las vacunas contra el covid-19? Todavía es pronto para responder a esta cuestión. «Mi apuesta es que necesitare­mos dosis de recuerdo. Sobre todo para mitigar el impacto de algunas variantes emergentes que podrían mermar el efecto protector de los anticuerpo­s», apunta Ali Ellebedy, inmunólogo de la Universida­d de Washington y autor principal del estudio en declaracio­nes a Nature. La pregunta sigue avivando el debate entre los expertos. Y, aunque quizás sea pronto para tener una respuesta definitiva, quedémonos con la buena noticia que ilustra esta última investigac­ión. La inmunidad frente al coronaviru­s se impregna hasta en los huesos.

Las dosis de recuerdo serán necesarias, prevé un inmunólogo de Washington

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