El juez ve hasta 20 indicios contra la ex número 2 del PP por la Kitchen
El segundo del exministro del Interior Fernández Díaz rehusó informar a Cospedal porque «ella sabe de sobra lo que hay»
Casi nueve meses ha necesitado el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón para imputar a la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, en el caso Kitchen. En su auto enumera hasta 20 indicios contra ambos. Van desde grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo hasta sus agendas, en las que se repiten las siglas «ILH» y «MD» y «Cospe», pero también conversaciones del exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez.
Entre las ocho conversaciones que cita el juez figura una del que era número dos de Jorge Fernández Díaz en Interior, en la que se le oye decir que «no hace falta que le cuente» nada a Cospedal, «porque ella sabe de sobra lo que hay». En otra dice que «la principal culpable de lo que está pasando es la señora que aupó al líder», en referencia al actual líder del PP, Pablo Casado.
El magistrado agrupa en tres apartados las referencias al matrimonio de Villarejo. Antes del arresto de Bárcenas, los comentarios se refieren a su agradecimiento por el «aviso de Barc». Después se refieren al encuentro con Cospedal y a cómo su jefe de gabinete, José Luis Ortiz, le informa de que «todo va sobre lo previsto y se encarga de transmitirlo a Cospe».
En mayo de 2013, junto a las siglas ILH, se lee que «MD hablará con Chisco (Francisco Martínez) y con Oli (Olivera)». Unos días después, añade que Chisco «está muy mosca porque Cospe le dio gran bronca» por la investigación que hacía de la Gürtel el entonces responsable de la Udef, Manuel Morocho. La Kitchen surge el 11 de julio de 2013 cuando Villarejo anota «Plan contra LB» y empieza a escribir sobre la «problemática por posibles grabaciones de LB» y Martínez se involucra de tal forma que su alias aparece junto a la anotación «forzando contacto con chófer LB», Sergio Ríos.
Para lograrlo entra en juego Andrés Gómez Gordo, cuya carrera profesional corre pareja a la de Cospedal. Villarejo señala de él que «espera recibir instrucciones para recoger discos y grabaciones».