El esperado informe del Pentágono sobre los ovnis no aclara su origen
La investigación no halla explicación para los más de 120 avistamientos relatados por pilotos militares ni pruebas de que sean naves extraterrestres
Así lo avanzó el jueves The New York Times, que habló con altos cargos de la Administración que ya han recibido información sobre las conclusiones de un informe que se presentará al Congreso antes de que acabe el mes. Ese documento, que se hará público pero contendrá también un anexo que se mantendrá clasificado, se espera con enorme expectación y ha abierto una nueva era de inusitada seriedad para abordar una cuestión que durante décadas ha fascinado a multitudes en todo el mundo pero también se ha tratado a menudo con sorna y desdén, incluyendo el gobierno.
Según adelantaba el rotativo, el informe determina que la inmensa mayoría de más de 120 incidentes en las dos últimas décadas (UAPs por sus siglas en inglés) no se originaron por ninguna tecnología de las fuerzas armadas de Estados Unidos o del gobierno, lo que descartaría la posibilidad de que los pilotos que informaron sobre los encuentros se hubieran encontrado con programas secretos militares. La versión que se desclasificará incluye pocas conclusiones firmes más.
Cambiar de dirección
El documento, por ejemplo, admite que es difícil explicar muchos de los fenómenos observados, incluyendo movimientos como la aceleración o la capacidad de cambiar de dirección de los objetos voladores que provocaron asombro tanto entre militares como entre científicos. Reconoce, asimismo, que potenciales explicaciones como que se tratara de fenómenos meteorológicos no son consistentes en todos los casos analizados.
Las fuentes del Times admitían también que la ambigüedad que late en el documento significa que no se puede descartar tajantemente el origen extraterrestre. Reconocían, además, que mantener una parte clasificada seguirá alimentando teorías y especulaciones.
Cargos de la inteligencia de EEUU creen que algunos de los fenómenos voladores podrían estar vinculados a tecnología experimental de Rusia o de China y según las fuentes del diario neoyorquino hay preocupación entre cargos militares y de inteligencia ante la posibilidad de que esos países estén experimentando con tecnología hipersónica y estén mucho más adelantados que EEUU en ese campo.
De hecho «detectar, analizar y catalogar» las observaciones de objetos volantes no identificados que pudieran representar una amenaza para la seguridad nacional de EEUU es la misión con que se creó en 2007 un programa prácticamente secreto en el Pentágono, que estuvo operativo hasta que se agotaron los fondos en 2012 y se
Mantener una parte clasificada seguirá alimentando teorías y especulaciones
reactivó el año pasado, en parte tras la publicación en 2017 en el Times de un artículo que revelaba su existencia e incluía críticas al secretismo gubernamental. Fue también el año pasado, durante el mandato de Donald Trump, y con el impulso de senadores como Marco Rubio, cuando se emplazó a elaborar el informe que ahora se hará público y con el que también se trata de eliminar el estigma que habitualmente rodeaba a quienes daban sus testimonios, incluyendo pilotos militares.