Voto de confianza a Yolanda Lejardi
Que la enfermera Yolanda Lejardi haya sido nombrada una de las máximas responsables del Institut Català de la Salut (ICS) es un hecho sin precedentes en la historia del mayor proveedor del Servei Català de la Salut. Como enfermero de atención primaria, vivo con ilusión y esperanza este nombramiento. Igual que la señora Lejardi, creo en la sanidad pública de calidad y los profesionales de enfermería como agentes de cambio.
Le deseo a la nueva directora gerente del ICS muchos aciertos y enormes dosis de valentía a la hora de tomar decisiones. Confío en que su mirada enfermera y su empatía contribuyan a mejorar la precaria situación laboral en la que nos encontramos trabajadores y profesionales del ICS. Como ha manifestado recientemente el ‘conseller’ de Salut, el doctor Argimon, las políticas sanitarias deberían priorizar el refuerzo de la atención primaria y el empoderamiento y reconocimiento de las enfermeras.
Yolanda Lejardi tiene por delante un trabajo ingente para solucionar los problemas generados por 40 años de hospitalcentrismo y medicocentrismo del ICS. Las enfermeras no podemos esperar más, la pandemia nos ha pasado factura y el desapego con nuestra organización es mayúsculo. Ha llegado el momento de mejorar las condiciones laborales y contractuales, revisar las ratios enfermera/habitantes, dotar a los equipos de AP de recursos y presupuestos necesarios, ajustar las retribuciones al nivel competencial y de responsabilidad, apostar por el liderazgo del cuidado enfermero...
Por todo lo que está en juego: peor calidad asistencial, fuga de profesionales y deterioro del clima laboral, doy mi voto de confianza a Yolanda Lejardi. Llevo 32 años esperando un cambio real de paradigma del sistema sanitario, con recursos, que nunca llega.
nla buena dirección. A quienes han perdido cuatro años de sus vidas encarcelados por defender la voluntad popular les diría que su sacrificio dista de haber sido en vano. No solo millones de personas apreciamos lo que han hecho, sino que, aunque Catalunya siga bajo las riendas del Estado español, gracias a su coraje el aire que se respira huele menos a rancio y nuestra política merece algo más el calificativo de democrática.
Por último, también hemos de agradecer a los líderes catalanes y a la ciudadanía de esa tierra que hayan actuado con mesura y civismo, lo cual ha permitido evitar la escalada del conflicto en enfrentamiento armado, con el que (como sucede en toda contienda) habrían perdido los dos bandos.
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