¿Cuánto emitiría un aeropuerto ampliado?
Los vuelos que salen de Barcelona generan tantos gases de efecto invernadero como una central de carbón o dos millones de coches. Y la ampliación probablemente los aumentaría. Los combustibles verdes se prevén caros y minoritarios. Mantener el calentamiento debajo de 1,5 grados obliga a limitar vuelos.
Los vuelos que salieron del aeropuerto de Barcelona-El Prat en 2019 emitieron unos 4,2 millones de toneladas de CO2, lo mismo que dos millones de automóviles o una central térmica de carbón, según se desprende de un estudio de Barcelona Regional. Dos expertos en aviación y clima –Paul Peeters, de la Universidad de Breda en Holanda, y Dan Rutherford, del International Council of Clean Transportation en Estados Unidos– han comprobado esta estimación para EL PERIÓDICO. Sus modelos arrojan números prácticamente idénticos. Las emisiones locales del aeropuerto son una pequeña fracción: 500.000 toneladas. Si se tienen en cuenta otras emisiones al margen del CO2 (dióxido de nitrógeno, vapor de agua, etcétera), el impacto de los vuelos en el calentamiento podría ser dos o tres veces mayor.
¿Cuántas emisiones más?
Para saber cuánto emitiría un aeropuerto ampliado hay que tener en cuenta que pasaría de 53 millones de viajeros en 2019 a una capacidad máxima de 72 millones hacia 2031, según Aena. Además, la ampliación buscaría atraer vuelos de largo radio, que son los más contaminantes. De las 344.000 operaciones de 2019, las intercontinentales fueron el 10% pero causaron el 39% de las emisiones. (Por otra parte, la eficiencia de los aviones aumenta entre un 1% y un 2% por año, y permite quemar menos combustible para hacer el mismo viaje).
Peeters ha calculado el aumento de emisiones si se alcanzaran los 72 millones de pasajeros en 2035, con una fracción de vuelos intercontinentales duplicada (20%) y un aumento anual de la eficiencia del 1%. Según su modelo, el aumento de emisiones de los vuelos salientes sería un 75%, hasta 7,4 millones de toneladas de CO2.
Rutherford y dos autores del informe de Barcelona Regional (los técnicos Marc Montlleó y Gustavo Rodríguez) prefieren no hacer predicciones. Sin embargo, casi todos los expertos consultados apuestan por un aumento de emisiones con la ampliación, al menos a corto plazo –incluyendo a Salvador Sedó, director de desarrollo sostenible de Foment del Treball–. Mejorar la eficiencia de los aviones es lo más efectivo para reducir emisiones, pero solo una fuente de Aena cree que llegaría a reducir las del aeropuerto ampliado respecto al actual. y apunta que se pueden aumentar pasajeros sin incrementar los despegues si se llenan aviones más grandes, que tienen un consumo menor por pasajero. Aena dispone de un plan climático para ahorrar energía en el aeropuerto.
Aena y Foment apuestan también por los combustibles verdes. Pero las fuentes independientes consultadas son escépticas. Rutherford estima que no constituirán más del 5% en 2035. Peeters observa que esos combustibles servirán de entrada para vuelos cortos en aviones pequeños. Además, serán muy caros, lo que se traducirá en menos viajeros. También está cuestionada la capacidad para reducir emisiones de la compraventa de carbono o de plantar árboles para compensarlas.
Sedó vería bien reemplazar vuelos nacionales con trayectos en tren: si Barcelona fuera un hub, no haría falta un puente aéreo con Madrid para conectar con otros continentes. Rodríguez observa que este reemplazo liberaría espacio para vuelos intercontinentales, sin necesidad de aumentar la capacidad del aeropuerto. Montlleó ve prioritario conectar los aeropuertos de Madrid y Barcelona con alta velocidad.
Limitar el crecimiento
La aviación es responsable de entre el 2% y el 3% de las emisiones globales, pero es el transporte más intensivo en carbono y está en crecimiento exponencial. ¿Cómo casa la expansión de un aeropuerto con mantener el calentamiento debajo de 1,5 grados? Sedó cree que otros sectores, como el del coche eléctrico, deben asumir la mayoría del esfuerzo. Según la Agencia Internacional de la Energía, las emisiones de la aviación son «muy difíciles» de reducir. Su estrategia llama a limitar el crecimiento del sector, fomentar el tren y acotar los viajes de negocio largos. Según Daniel Scott, experto en turismo de la Universidad de Waterloo, los gobiernos que se tomen en serio los acuerdos de París deben gestionar la demanda. Expandir aeropuertos es «el equivalente turístico de extraer más petróleo», concluye.