Enrique y Meghan, duques de Sussex, ya tienen la parejita
Lilibet Diana, a la que se le ha puesto el nombre en honor de la reina Isabel y de la fallecida princesa de Gales, nació el viernes en un hospital californiano.
Meghan, la duquesa de Sussex, dio a luz a su segundo hijo, una niña, a quien ella y su esposo, el príncipe Enrique, han puesto nombres en honor a la reina Isabel, su bisabuela, y la princesa Diana (19611997), abuela paterna del bebé. «Con inmensa alegría, el príncipe Enrique y Meghan, el duque y la duquesa de Sussex, dan la bienvenida al mundo a su hija, Lilibet Lili Diana Mountbatten-Windsor», anunció ayer la secretaria de prensa de la pareja. El bebé pesó cerca de 3,5 kilos.
Nada que ver este nacimiento con el de su hermano Archie, de 2 años, en un hospital de Londres cuando la pareja todavía formaba parte de la familia real inglesa.
«Lili nació el viernes 4 de junio a las 11.40 horas. Bajo el cuidado de confianza de los médicos y el personal del Santa Barbara Cottage Hospital en Santa Barbara, California» anuncia la página web de su fundación Archewell. Los duques de Sussex añadieron un comunicado más personal ante la feliz llegada de este nuevo miembro a la familia, primer bisnieto de la reina de Inglaterra que nace en EEUU: «El 4 de junio fuimos bendecidos con la llegada al mundo de nuestra hija, Lili. Ella es más de lo que podríamos imaginar, y estamos agradecidos por el amor y las oraciones que hemos sentido de parte de todo el mundo. Gracias por vuestra continua bondad y apoyo durante este momento tan especial para nuestra familia».
Las reacciones en Inglaterra no se han hecho esperar. Tanto los miembros de la familia real como el primer ministro han dado la bienvenida a Lilibet Diana. La reina, el príncipe Carlos y su esposa, Camilla, y el príncipe Guillermo y su esposa, Kate, «han estado encantados con la noticia», ha declarado el portavoz de Buckingham Palace. Enrique ha renunciado a sus obligaciones reales aunque no a sus títulos. Su hija Lilibet Diana ocupa el octavo puesto en la línea de sucesión al trono por detrás de su padre y su hermano.
Las relaciones de la pareja con la familia real inglesa se vieron perjudicadas por la entrevista que Enrique y Meghan concedieron a la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey. «Un puñal envuelto en terciopelo, en el corazón de la moderna monarquía», resumió el corresponsal real de la BBC, Johnny Dymond, respecto de las declaraciones de la pareja. Una opinión, por cierto, que comparte buena parte de la opinión pública británica.