El ‘silenciado’ asesinato de una niña de 4 años
Yaiza fue presuntamente envenenada por su madre, que también intentó suicidarse pero sin éxito, el pasado 31 de mayo en Sant Joan Despí. La familia paterna lamenta la tibieza mostrada por las instituciones a la hora de condenar un crimen que consideran de
médicos le habían detectado algo que requería un tratamiento pero que solo lo haría si él aceptaba volver con ella. Él, ignorando las consecuencias fatales que acarrearía no ceder a aquella coacción –no era la primera vez que recurría a «chantajes emocionales»–, le dejó claro que la relación había acabado. El sábado, su ex insistió de nuevo vía WhatsApp, añadiendo celos al cóctel, pues le dijo que sospechaba que había empezado una relación en las últimas fechas.
Comunicado poco empático
La familia del padre lamenta que desde la Generalitat no haya habido «ni un solo gesto público ni privado de solidaridad ni tampoco de condena del crimen». Sí lo ha habido por parte de la presidenta del Parlament, que se puso en contacto con el padre y condenó oficialmente «el asesinato». Los alcaldes de Sant Boi y Sant Joan Despí –la niña residía en los dos municipios– acudieron al tanatorio para dar las condolencias al padre y los servicios sociales han ofrecido su apoyo desde el inicio. Sin embargo, ninguna de las dos localidades convocó un minuto de silencio ni tampoco decretó días de luto.
El único comunicado que se ha hecho público sobre la muerte de Yaiza fue enviado cinco días después de que esta se produjera. En lugar de asesinato, el Ayuntamiento de Sant Boi describió el crimen como «una pérdida en circunstancias muy dolorosas». El consistorio, para justificar la falta de actos de condena, alegó que no era posible por las restricciones anticovid. Argumento que languidece ante la evidencia de que ha habido actos de repulsa en todos los ayuntamientos catalanes salpicados recientemente por crímenes machistas, como Porqueres y Corbera de Llobregat. «Yaiza también es una víctima de esa violencia [sexista]. Ha sido asesinada para hacer daño al otro cónyuge, y también era una mujer, de 4 años», razonan.
Esta familia, que quiere mantener un perfil discreto ante una pérdida «devastadora», afirma que habría preferido una condena explícita de los hechos, recibir «el mismo calor que socialmente se da a las víctimas de la violencia machista». Personado como acusación particular en la causa, el padre solicitará prisión preventiva para la madre, que se recupera favorablemente del intento de suicidio.
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