Harris irrita a los progresistas con la inmigración
La gira americana de la vicepresidenta de EEUU levanta ampollas entre los demócratas
La política de inmigración es en Estados Unidos un campo de minas y la vicepresidenta, Kamala Harris, ha pisado una en su primer viaje internacional a Guatemala y México, esta vez haciendo estallar tensiones dentro de las fuerzas progresistas. Representantes políticos, activistas y organizaciones que trabajan con inmigrantes y derechos humanos han denunciado el contundente mensaje que el lunes lanzó la número dos de Joe Biden desde Guatemala a los centroamericanos que se planteen llegar sin papeles a EEUU. Ese mensaje fue «No vengan, no vengan».
Una de las primeras y más relevantes voces en alzarse para mostrar su «decepción» con Harris fue la de Alexandria Ocasio-Cortez, que en una serie de tuits recordó, entre otras cosas, que buscar asilo en cualquier frontera de EEUU «es un método de llegada 100% legal».
La organización Refugees International mostró su «preocupación» con que el mensaje de Harris «mina el derecho de buscar asilo bajo la ley estadounidense». Y Elías López, uno de los responsables de opiniones globales en The Washington Post, identificó «condescendencia» en las palabras de Harris, recordando la falta de opciones de muchos inmigrantes. «Esto no es una política humana, es más de lo mismo, escribió.
Algunos factores pueden explicar la contundencia de Harris. La víspera de su llegada a Guatemala, el presidente, Alejandro Giammattei, había acusado en una entrevista a Biden de estar incentivando el aumento de emigración con su promesa de deshacer políticas crueles de la Administración de Donald Trump y de aplicar un enfoque humanitario, por ejemplo, para reunificar familias. «Hemos pedido a EEUU un mensaje más claro para evitar que más gente se vaya», dijo Giammattei. En 24 horas, Harris respondía.
Lidiar con las «causas raíces»
A la tormenta desatada, respondió Harris el mismo lunes antes de embarcar rumbo a México, donde ayer se reunió con el presidente Andrés Manuel López-Obrador. «Tengo la certeza de que tenemos que lidiar con las causas raíces [de la emigración] y es mi objetivo. Punto», zanjó.
A las críticas se suman los conservadores, que le reprochan no haber visitado la frontera con México desde que es vicepresidenta. Y recurren a los números no vistos en dos décadas. Harris defendió que prefiere buscar con los socios regionales pactar medidas que tengan resultados «significativos, tangibles y reales» en vez de «grandes gestos».