Una fórmula pone en cuestión el PEUAT
Un estudio matemático de EAE y la consultora 3 Capital defiende que hay sitio para alojamientos en zonas intermedias de BCN y que la estrategia del consistorio frena la llegada de visitantes de alto nivel y resta ingresos.
La matemática aplicada al turismo puede abrir una nueva vía para articular algo tan complejo como el equilibrio de plazas turísticas en grandes destinos que han tenido riesgo de morir de éxito, como Barcelona. Lo propone un estudio realizado por la escuela de negocios EAE y la consultora especializada en alojamiento para viajeros 3 Capital, en el que concluyen que, aplicando su modelo al caso de la capital catalana, el famoso Plan Especial Urbanístico de Alojamiento Turístico (PEUAT) que regula la oferta en la ciudad tiene virtudes pero no pocos defectos, entre los que destacan la pérdida de visitantes de alto nivel, la especulación sobre el precio de los hoteles ya construidos en zonas codiciadas y la pérdida de oportunidades de negocio (comercio, servicios y demás) en barrios que están hoy por hoy muy lejos de estar saturados.
El objeto de la investigación que ha encabezado el profesor Tomeu Pons no era evaluar a Barcelona, sino crear una fórmula que permitiera, en base a criterios objetivos, distribuir el alojamiento turístico sin riesgo de saturación, con las premisas de equilibrio de usos y distribución de la potencial riqueza que puede generar. Solo que al estar la escuela de negocios ubicada en pleno Eixample, y tener la consultora sede local, decidieron empezar por el territorio más conocido. Y añadieron como ingrediente apreciado que el importante impacto de la pandemia de coronavirus permite «un punto de inflexión y una oportunidad de crear un nuevo modelo de turismo más sostenible», por no hablar de la reciente ratificación de la nulidad del Plan Especial Urbanístico de Alojamiento Turístico firmada por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), que ha sido replicada con una modificación por parte del Ayuntamiento de Barcelona pero que todavía crea ciertas dudas jurídicas en el sector.
Proporcional por zonas
Si en Barcelona se optó por prohibir nuevas plazas turísticas en la mayor parte del territorio, fijando inicialmente zonas de decrecimiento, de mantenimiento, de crecimiento contenido (periféricas) y especiales (en desarrollo), el modelo bautizado como carga proporcional derivada divide el territorio en pequeñas zonas, que «a partir del centro reparten ondas expansivas (en este caso descompresivas) mediante las que se estima la cantidad equilibrada de alojamientos para turistas», relatan los autores. De ese modo, aplicando un algoritmo, cuando las más cercanas al centro alcanzan una determinada proporción de usos (previamente pactada), la cuota turística que excede de la estipulada se deriva a la siguiente onda concéntrica. Esas camas se proyectan al siguiente tramo y así sucesivamente hasta alcanzar proporciones deseables en distintos barrios y sin tener que limitarse a enclaves preestablecidos, a modo muy resumido.
El director de Márketing de 3 Capital, Juan Gallardo, detalla que el reparto de proporciones lo pueden pactar hipotéticamente la Administración pública (en este caso, el ayuntamiento) y la patronal del sector privado. Para el estudio, han optado por partir de un índice de carga y usos de un 80%, residencial; otro 10%, turismo; 5%, oficinas, y 5%, comercial. En síntesis, entre el epicentro masificado de la ciudad y sus áreas de teórico crecimiento (como la Zona Franca y el ámbito de la Sagrera, entre otros), hay un mundo de opciones que sin causar desajustes puede encajar plazas turísticas. Al contrario, se les atribuye un impacto económico colateralmente conveniente, a tenor de los 195 euros diarios de media de
El modelo divide la ciudad en zonas y un algoritmo reajusta la cuota turística excesiva
gasto de un turista en la ciudad y al hecho de que invierte más de la mitad en espacios cercanos a su alojamiento, según destaca Pons después de haber navegado entre cientos de datos del Observatori del Turisme a Barcelona.
En el largo análisis sobre el caso de la capital catalana, se recuerda que las restricciones conllevaron la marcha atrás de diversos proyectos internacionales de cadenas del segmento más alto, que iban a comportar la atracción de turistas con «altos patrones de gasto» y que suelen buscar en sus viajes los estándares homologables de esas marcas de prestigio. A su vez, tienen una ratio mayor de empleados por huésped, lo que supone más contrataciones.
Comparación con Madrid
En este sentido, se compara con Madrid, donde en un periodo con alcaldías del mismo signo (la etapa de Manuela Carmena) la capital solo tuvo una moratoria temporal a la que siguió la irrupción de supercadenas como Four Seasons y Hyatt (que, cabe señalar, no lograron el aval municipal en Barcelona), Pestana, Rosewood y otras.
Otro efecto secundario del PEUAT que se constata a diario, añaden los autores, es que aunque se ha contenido el crecimiento en zonas calientes, se ha «beneficiado a los hoteles ya establecidos que han visto reforzada su posición» ante la difícil entrada de nuevos competidores. Se apunta así a un «efecto perverso de revalorizaciones patrimoniales de tipo especulativo y una inflación sobrevenida en el mercado de inversión». Diversas cadenas intentan ahora abrirse paso comprando lo ya existente a precios superiores a los que abrían en circunstancias más permisivas o adaptándose a construcciones menos ambiciosas que las que arquitectónicamente habrían podido desarrollar, según Gallardo.
Entre otros elementos del análisis, se tiene en cuenta que uno de los propósitos del plan fue proteger la vivienda residencial ante los usos turísticos y evitar la presión de estos sobre los precios de los pisos. En este sentido, aportan el balance de precios de alquiler y venta durante los años con PEUAT, en los que no han dejado de crecer. Solo la pandemia los ha detenido, concluyen.
Los autores sostienen que el plan municipal no contuvo el precio de la vivienda