Belarra reivindica la «coralidad» de su proyecto para liderar Podemos
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 saldrá elegida hoy secretaria general de los morados en un ‘Vistalegre IV’ descafeinado
Podemos cierra hoy la sucesión exprés de Pablo Iglesias y, con toda seguridad, Ione Belarra saldrá elegida por la militancia para ocupar la secretaría general del partido. En un Vistalegre IV descafeinado en el que apenas ha habido debate, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 defendió ayer la «coralidad» de su equipo para esta nueva etapa que dejará de estar marcada por el hiperliderazgo del exvicepresidente. Tanto fue así que Belarra no estuvo durante la presentación de las candidaturas de sus oponentes ni de la suya propia y fio la tarea a varios miembros de su lista.
«Estamos en un momento en el que los compañeros van a tener que asumir mucha más responsabilidad y toda la responsabilidad no puede recaer sobre el secretario general», explicó Belarra a los medios de comunicación sobre su ausencia en el anfiteatro Paco de Lucía en Alcorcón, donde se congregaron cerca de 700 personas.
Aun así, recibió las críticas de sus dos oponentes. Fernando Barredo, militante crítico con la dirección del partido, acusó a Belarra de «ningunear a la alternativa» y Esteban Tettamanti, concejal del Ayuntamiento de San Lorenzo Del Escorial, afeó los intentos de la cúpula de dinamitar el debate en el seno de la formación.
Los retos de futuro
En la presentación de la candidatura, el equipo de Belarra esbozó algunos de los retos que se encontrará la futura secretaria general de Podemos. «Esta fuerza política tiene que hacer que se cumpla con el acuerdo del Gobierno de coalición», sentenció la coportavoz nacional y número tres de Belarra, Isa Serra. En concreto, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 es la encargada de negociar con el PSOE la ley de vivienda y la regulación de los alquileres, una conversación que lleva meses estancada. Además, socialistas y morados chocan por la aprobación de la ley trans y la derogación de la reforma laboral y de la llamada ley mordaza.
El secretario general de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, señaló también la necesidad de que el partido eche raíces con «gran fuerza en los territorios». Las elecciones autonómicas de mayo de 2019 demostraron la ausencia de una estructura territorial resistente. La propia Belarra defendió, hace unos días, la necesidad de construir unos cimientos sólidos que permitan al partido descubrir nuevos liderazgos. En este sentido, la futura secretaria general tendrá la labor de abrir el espacio a nuevas figuras que, en un futuro, puedan tomar las riendas del partido. Los estatutos de la formación sitúan en 12 años el plazo máximo que una persona puede ocupar un cargo público o interno y, actualmente, la gran mayoría de la cúpula lleva en la organización desde los comienzos, hace más de siete años.
Coordinación con Díaz
Belarra deberá buscar también el equilibrio con Yolanda Díaz. Desde que Iglesias abandonó el Ejecutivo, la vicepresidenta tercera, como líder de Unidas Podemos, ha gestionado las relaciones con el PSOE de manera diferente. Fuentes moradas en el Gobierno sostienen que siguen existiendo las mismas tensiones que hace unos meses, pero que el estilo de la vicepresidenta pasa por no airear los conflictos para evitar el ruido. El perfil de Belarra, hasta el momento, ha sido mucho más beligerante, enfrentándose a ministros del ala socialista. El reto será encajar ambos tonos.