La Copa América más controvertida
Brasil acoge desde hoy una competición a la que han renunciado Colombia, por el estallido social, y Argentina, por la pandemia. El Gobierno de Bolsonaro ha buscado la utilidad política.
Brasil y Venezuela inician hoy la Copa América más controvertida de su historia reciente. Los anfitriones se encuentran azotados por el covid-19. El torneo continental estaba en manos de Colombia y Argentina. El primer país abandonó la organización por el estallido social. Los argentinos hicieron lo mismo ante los efectos de una pandemia que mató a más de 84.000 personas.
Ni los más de 483.000 fallecimientos o el peligro de un colapso hospitalario en algunas ciudades supusieron un obstáculo para que los brasileños se hicieran cargo de la competición. El Gobierno de ultraderecha le vio una utilidad política en momentos en que la figura del presidente, Jair Bolsonaro, atraviesa previsibles tormentas: el Congreso investiga su responsabilidad en la crisis sanitaria.
Sin embargo, los jugadores de la selección verde y amarilla estuvieron a punto de dar el portazo. El conjunto que lideran Neymar y Casemiro terminó por aceptar su papel. «Somos trabajadores, profesionales del fútbol. Tenemos una misión que cumplir con la histórica camiseta verde y amarilla, pentacampeona del mundo. Estamos en contra de la organización de la Copa América, pero nunca le diremos que no a la selección brasileña», dijeron.
La decisión federativa
La Conmebol considera que el negocio del fútbol y la protección de los protagonistas no son objetivos contradictorios a pesar de la amenaza del virus. Y por eso se ha propuesto «minimizar los riesgos de contagio a un nivel médico aceptable». Por lo tanto, durante los partidos, los jugadores no pueden escupir, sonarse la nariz, ni besar la pelota. Tampoco podrán intercambiarse camisetas o cualquier
Neymar sonríe durante un entrenamiento con Brasil.
otro elemento. Antes de cada partido se tomará la temperatura a todos los integrantes de las delegaciones. Un día antes de cada encuentro, los planteles de cada selección deben presentar una prueba PCR negativa, realizada en las 48 horas anteriores. Las delegaciones no podrán abandonar los autobuses. Menos, los hoteles. Serán sometidas a controles diarios. Los entrenamientos se llevarán a
cabo bajo estrictos protocolos. Y, por supuesto, es «altamente recomendable» que los jugadores estén vacunados. La federación distribuyó el inmunizante chino Coronavac entre las delegaciones.
El celo sanitario de la Conmebol no ha impedido que importantes patrocinadores abandonaran el campeonato, entre ellos Mastercard. Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay,
Perú, Uruguay y Venezuela se darán cita en cuatro ciudades, donde se disputarán 28 partidos. Leo Messi debuta con la selección celeste y blanca ante Chile. Argentina no gana el torneo desde 1993.
A los 33 años, Messi asume quizá su última oportunidad de ganar la Copa América. Lidera un equipo joven y completamente renovado en el que sus compañeros de siempre, Kun Agüero y Ángel Di María, se sientan en el banquillo de suplentes. No deja de repetir que, bajo la dirección de Lionel Scaloni, es un equipo en formación y se le nota contento.
n