Heridos dos sintecho en un fuego en un asentamiento de Montjuïc
Los Mossos d’Esquadra abren una investigación para esclarecer el incendio de la tienda de campaña en la que dormían las dos víctimas, pero descartan que se trate de un delito de odio.
Los Mossos d’Esquadra investigan un incendio que se declaró ayer de madrugada en un campamento de sintecho en el parque del Mirador del Poble Sec, en la falda de Montjuïc. Según las fuentes policiales consultadas, no fue un intento de abrasar a las dos personas que se hallaban dentro de la tienda de campaña siniestrada ligado a motivaciones racistas –aún está reciente el intento de quemar viva a una persona que pernoctaba frente a la sede del gimnasio de la ronda de Sant Pau– ni tampoco un vecino que intentaba asustar a la comunidad (unas 12 personas) que desde hace tiempo habita en este rincón de Barcelona. Según las mismas fuentes, el incendio lo inició otra persona sin hogar tras una discusión con las víctimas.
Los hechos sucedieron hacia las 2.00 horas. En la tienda afectada dormían una pareja de subsaharianos, posiblemente procedentes de Nigeria, que se habían instalado en la zona hace algunos meses, según varios vecinos. El sospechoso, relatan estas fuentes, se dio a la fuga instantes después, mientras que otros sintecho que forman parte del campamento acudían a socorrer a las víctimas y pedían a gritos que alguien avisara a la policía. Uno de los vecinos, testigo de los hechos, llamó al 112.
Búsqueda por las calles
El incidente activó varias patrullas de los Mossos d’Esquadra, que comenzaron la búsqueda del sospechoso por el Poble Sec con la descripción facilitada por el colectivo del parque del Mirador. Ayer, a última hora, todavía no había sido detenido, pero ya está identificado. Las dos víctimas fueron atendidas en un primer instante por una ambulancia del parque de Bombers de Barcelona, situado muy cerca del incidente.
Después fueron trasladadas a un hospital y recibieron el alta a las pocas horas de los hechos. El parque del Mirador es un lugar al que buena parte del vecindario ha dado la espalda en los últimos tiempos. El campamento en el que se produjo el incendio lo forman una decena de personas que duermen en tiendas de campaña de Decathlon. La mayoría de los que allí pernoctan son africanos que se dedican a la chatarra, según fuentes vecinales. La Guardia Urbana de Barcelona los despierta con un megáfono cada día a las ocho de la mañana y los obliga a levantarse y a desmontar el campamento. Cuando levantan las tiendas, funcionarios de Parcs i Jardins higienizan la zona. Salvo si llueve: si eso sucede, las tiendas pueden quedarse montadas para darles cobijo. Ferran Busquets, director de la Fundació Arrels, una entidad que lleva más de 30 años atendiendo a personas que viven en la calle, subraya que las elevadas temperaturas que se están dando en los últimos días añaden un nuevo factor estresante al colectivo. «Habitualmente se piensa solo en el frío, pero lo cierto es que otros elementos, como la lluvia y el exceso de calor, también pueden complicar mucho la vida a las personas sin hogar. En 2019 –recuerda–, dos personas murieron en Catalunya debido a olas de calor». Las peleas entre indigentes deben ser interpretadas, pide Busquets, como una consecuencia más de la tensión que soportan diariamente por el hecho de estar a la intemperie.
Periodo complicado
Solo en Barcelona, según el censo de Arrels, más de mil personas pernoctan al raso en la ciudad. El Ayuntamiento de Barcelona, en su último cómputo, rebajó esa cifra a unas 900 personas. Desde del comienzo de la pandemia, los sintecho han afrontado el periodo más complicado de los últimos años: fueron el objetivo de un asesino en serie que mató a golpes a tres personas durante el estado de alarma, dos de ellos fallecieron durante el temporal de frío del último invierno y todos ellos fueron los únicos que se quedaron expuestos a la noche solitaria que el toque de queda impuso durante meses para contener el avance de la pandemia de covid.
La semana pasada, Salut vacunó a las personas sin techo desplazando unidades medicalizadas a los lugares que frecuentan y sin tener en cuenta su edad. Los Mossos d’Esquada mantienen activo desde hace antes del coronavirus un plan para que estas personas los avisen en caso de sufrir algún delito, tal y como pidieron a gritos algunos de los miembros del campamento de Montjuïc que vieron todo lo ocurrido.
Una decena de personas sin hogar viven en el parque del Mirador de forma habitual