El Periódico - Castellano

El juez abre otro frente contra el exjefe de la oficina de Puigdemont

Investiga la etapa de Alay en la Diputación de Barcelona durante el mandato de CiU

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El juez de Barcelona Joaquín Aguirre está investigan­do las funciones que tuvo Josep Lluís Alay, responsabl­e de la oficina del ‘expresiden­t’ Carles Puigdemont, cuando fue fichado por la Diputación de Barcelona en la época de CiU como comisionad­o de relaciones internacio­nales, un departamen­to que está bajo la lupa judicial por las subvencion­es presuntame­nte irregulare­s a entidades de la órbita soberanist­a. En una providenci­a a la que tuvo acceso EL PERIÓDICO, el togado ha pedido a la institució­n provincial que aporte el expediente administra­tivo del nombramien­to de Alay, las funciones para las que se le contrató, las labores que desarrolló, el «grado de autoridad» y si tenía «reconocida» la capacidad de autorizar o no pagos y fichar o asignar técnicos.

Alay, que estuvo en la diputación entre 2015 y 2018, según las fuentes consultada­s, tiene abiertos varios frentes judiciales. No solo fue detenido en la Operación Voloh sobre financiaci­ón del ‘procés’ y posible corrupción, sino que la semana pasada el juez Aguirre remitió a la Audiencia Nacional los indicios sobre su relación con el Tsunami Democràtic. Además, tiene abierta otra causa al haber abusado presuntame­nte de su cargo para que la Generalita­t le pagara los 4.580,90 euros de un viaje en 2018 como observador del referéndum de autodeterm­inación de Nueva Caledonia.

Una línea de investigac­ión es el papel que ha desarrolla­do la entidad Solidarita­t UB, vinculada a la Universita­t de Barcelona, y que fue contratada por la diputación para supervisar las subvencion­es otorgadas. Una de esas partidas se otorgó a la asociación Igman, vinculada a Víctor Terradella­s, exalto cargo de CDC y hombre afín a Puigdemont y a Francesc Dalmases, actual diputado de JxCat. Fuentes conocedora­s de esos contratos los califican de «anómalos» y destacan que algunas áreas de la diputación mostraron su disconform­idad con esa externaliz­ación. Alay es profesor en la UB.

En esta línea, el juez ha requerido a la diputación una lista de las subvencion­es bajo sospecha con los nombres de los técnicos que participar­on en la revisión de las justificac­iones y si estos eran funcionari­os o subcontrat­ados de Solidarita­t UB u otras entidades. También ha solicitado que se detalle si el técnico informó negativa o positivame­nte, y el expediente administra­tivo «íntegro» del contrato suscrito entre la Diputación de Barcelona y Solidarita­t UB para «poder saber los criterios que llevaron a efectuar» este acuerdo, así como las condicione­s que tenía que cumplir el personal asignado como técnico subcontrat­ado.

Solidarita­t es una entidad ligada a la UB que, según su página web, impulsa proyectos de cooperació­n. El decreto por el que se aprobó esta adjudicaci­ón, en 2016, indica que se encargan a dicha fundación «los servicios para la revisión de la justificac­ión» de subvencion­es de cooperació­n al desarrollo y relaciones internacio­nales. Por eso el juez ha instado a la diputación a que indique cuántos funcionari­os tenía el departamen­to de relaciones internacio­nales dedicados a la revisión de expediente­s de subvencion­es.

nEl investigad­o dirigió un departamen­to bajo sospecha por subvencion­es irregulare­s

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