Juana Rivas sale de prisión para cumplir la condena en su casa
La mujer, que llevará un dispositivo de control telemático, accede al tercer grado porque se trata de su primer delito y la pena no supera los cinco años.
Juana Rivas salió ayer del Centro de Inserción Social Matilde Cantos de Granada para cumplir la condena en su casa con control telemático, según informaron fuentes penitenciarias. Rivas ingresó el pasado viernes en ese CIS para penar los dos años y medio de prisión que la justicia le impuso por no haber entregado a sus hijos al padre en 2017.
A propuesta de la Junta de Tratamiento del centro, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias clasificó a la interna en tercer grado y le aplicó el artículo 86.4 del reglamento penitenciario, lo que supone cumplir la pena en casa con una pulsera telemática. Para ello, como establece la normativa, tuvo en cuenta el ingreso voluntario de Rivas en el CIS, que la condena no es superior a cinco años, que es su primer delito y que su causa tiene una antigüedad superior a tres años. A ello se añade su adaptación social y el apoyo familiar, otros requisitos para el tercer grado en régimen abierto.
El acceso directo al tercer grado está regulado por una instrucción de 2007, y el control telemático, por una de 2019. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, encabezada por Ángel Luis
Ortiz, apuesta, si las circunstancias lo permiten, por el cumplimiento de penas en medio abierto.
Audio de agradecimiento
Rivas aseguró ayer que su «gran satisfacción» es que su lucha vaya a «servir para muchas madres y para sus hijos». A través de un audio remitido a algunos de los colectivos que la han apoyado, expresó su agradecimiento y el de sus hijos: «Estoy en mi casa. Sin vosotras no lo habría conseguido», señaló.
Aunque admitió que ha vivido días «muy duros, de mucha impotencia y frustración», afirmó que tuvo ánimo porque sabía que quienes la han apoyado no iban a dejarla sola: «Por hacerme llegar que vais a seguir luchando hasta que consiga a mis niños, mi gran satisfacción es que esta lucha va a servir para muchas madres y sus hijos».
Una vez logrado el tercer grado, la mujer permanecerá en su domicilio de Maracena (Granada), del que podrá salir para sus tareas habituales, y estará supervisada mediante un brazalete telemático.
Su encarcelamiento el viernes puso fin a un largo periplo judicial desde que, en verano de 2017, se negó a entregar a sus hijos a su expareja. Rivas, que espera que el Gobierno la indulte, estuvo un mes huida con los niños con el argumento de que debía protegerlos de su padre, el italiano Francesco Arcuri, quien en 2009 fue condenado por lesionarla y al que ella volvió a denunciar por maltrato en 2016.