El Cercle propicia la distensión
La entidad empresarial reclama a Aragonès que no se desentienda del debate territorial y avala los indultos del Gobierno
PANORAMA | P. 6 Y 7
Más que con las palabras de su discurso en la reunión del Cercle d’Economia, eminentemente dedicado a las relaciones entre España y Corea del Sur, el Rey habló ayer con las imágenes. Ante la expectación que había despertado la posibilidad de que se encontrase por primera vez con Pere Aragonès después de su investidura, Felipe VI saludó al presidente de la Generalitat durante un encuentro informal con empresarios. Ambos se hicieron una foto, en la que aparecen junto al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre otros.
Por pequeño que sea el gesto, es significativo en las actuales circunstancias políticas. La Generalitat y el Gobierno han iniciado una etapa de deshielo después de muchos años de enfrentamiento: los líderes soberanistas condenados tras la declaración de independencia de 2017 están a punto de ser indultados, y Aragonès y Pedro Sánchez van a retomar el diálogo entre los ejecutivos. Está por ver si la distensión alcanza también a las relaciones entre el Govern y la Monarquía, y por eso los movimientos del Rey se seguían ayer con lupa en Barcelona.
La secuencia comenzó con la llegada del Rey al hotel W, donde se celebra la reunión anual del Cercle d’Economia. Ni Aragonès ni Colau participaron en el recibimiento, y Felipe VI se fue directamente a participar en un encuentro informal entre empresarios coreanos y españoles en una terraza del edificio. Entre otros, estaban presentes Ana Botín (Banco Santander), Pablo Isla (Inditex), José María ÁlvarezPallete (Telefónica), Isaías Táboas (Renfe), Aitor Moll (Prensa Ibérica) y Josep Creuheras (Planeta).
Todos esperaban junto al Rey a Moon Jae-in, que se incorporó al encuentro cuando llegó. Media hora después, el ‘president’ y la alcaldesa de Barcelona salieron a ese espacio y fue allí donde coincidieron con Felipe VI.
Según fuentes conocedoras del encuentro, el Rey presentó al presidente coreano tanto a Aragonès como a Colau, y los cuatro mantuvieron una charla de dos minutos. El Monarca fue quien propuso hacer una foto conjunta, informa Pilar Santos. Después, Aragonès se quedó hablando con Moon Jae-in, que está de visita de Estado en España.
El dirigente de ERC y Colau evitaron recibir al Monarca pese a que luego se saludaron y se fotografiaron
Dos fotos diferentes
El encuentro se produjo antes de la cena de gala, a la que Aragonès no
asistió. La Generalitat, además, intentó restar toda la importancia a la imagen entre el ‘president’ y el Rey. Mientras que la Casa Real divulgaba la foto de grupo, para el Govern el saludo entre ambos fue «menos que un hola». De hecho, la Generalitat eligió otra imagen para ilustrar el momento, en la que se ve a Aragonès hablando solamente con el presidente coreano mientras Felipe VI los mira.
La visita del Rey ya había provocado quebraderos de cabeza en la Generalitat, que en esta nueva etapa ha decidido que suavizará su veto al Monarca: de intentar no coincidir con él, como se ha hecho desde 2018, ahora el Govern irá, independientemente de si está o no, a los actos donde crea que debe defender los intereses de Catalunya. A pesar de ese cambio, Aragonès no asistió a la cena de gala –sí lo hizo Colau–, y la Generalitat estuvo finalmente representada por la ‘consellera’ de Presidència, Laura Vilagrà (ERC), y la de Exteriors, Victòria Alsina (JxCat).
En su discurso en la cena, el Rey subrayó la importancia de que, tras la crisis del coronavirus, «empresa, economía y política» caminen juntas con el objetivo de afrontar «la reconstrucción». Además, destacó la labor del presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, por su «defensa decidida del papel que Barcelona y Catalunya deben ejercer en España y en el resto de Europa».
El Rey también afirmó que España, «como otras naciones amigas, tiene el firme propósito de impulsar su economía para hacerla más productiva, más fuerte, más moderna, más sostenible y, en definitiva, con una mayor capacidad de adaptación antes futuros contratiempos».
Tono conciliador
Aragonès había inaugurado la reunión del Cercle, que se prolongará hasta mañana, con un discurso también conciliador, en el que habló de la mesa de diálogo entre gobiernos y dijo en dos ocasiones que, si se llega a un acuerdo en ese foro, deberá presentarse a los catalanes para que se pronuncien sobre él.
Sus palabras enlazan con la voluntad de los socialistas –expresada con claridad por el PSC– de que los catalanes voten la propuesta que salga de la mesa de diálogo. Sin embargo, las diferencias de fondo son grandes: los socialistas no aceptan que entre las opciones elegibles por los ciudadanos esté la independencia, y querrían que el acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat tuviera la forma de un nuevo Estatut. Para Aragonès, en cambio, el punto de partida de las conversaciones es la reclamación de la autodeterminación y de la «amnistía» para los presos.
Retomando el hilo del presidente del Cercle, que posicionó a la entidad que dirige a favor de los indultos, Aragonès también hizo ilusión a la medida cuando mencionó «los pasos adelante de las próximas semanas». Y animó al Gobierno a ir más allá y a «presentar su propuesta» para Catalunya en la mesa de diálogo.