Postura hipócrita de las derechas
En los pasillos del Congreso, la semana pasada se vivieron unas imágenes surrealistas, con María Dolores de Cospedal pidiendo explicaciones por la suspensión de su comparecencia en la comisión de investigación a la que debía comparecer, tras conocerse su imputación en el caso Kitchen. Un teatrillo que protagonizó la exsecretaria general del PP con tal de desviar la atención sobre su presunta implicación en la trama del espionaje ilegal a Luis Bárcenas. Y, cómo no, uno de sus argumentos fue que todo es una cortina de humo para que no se hable de los indultos.
Cualquier ocasión es buena, aun con el agua al cuello, para que la derecha saque todo su arsenal contra los indultos de los presos del ‘procés’. Es toda su argumentación política, su plan para Esnas paña, su plan para Catalunya –es decir, ninguno–, su caballo de Troya para que todo siga igual, o, como decía un tal Rajoy, «cuanto peor, mejor para todos». Eso, cuando no se apropian de la bandera, del himno, del patriotismo. Estoy convencido de que el paso que seguramente dará el Gobierno de Sánchez concediendo el indulto parcial a los presos soberanistas es necesario para restablecer mínimamente las relaciones entre el Estado y Catalunya y, sobre todo, para mejorar la convivencia entre catalanes (independentistas y no independentistas) y el resto de españoles. Y las derechas que sigan haciendo ruido si quieren. Más y más ruido en la reedición 2.0 de la foto de Colón, junto a lobis ultracatólicos, homófobos, asociaciones franquistas, ultraderechistas y demás furibundos patriotas reaccionarios. ¡Mientras lo hagan en la oposición!
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