«Creo en poner límite a los alquileres. Los precios son abusivos»
Pilar Díaz
«La alcaldesa de Barcelona no acaba de ejercer de presidenta metropolitana»
Hija de minero –que lo fue en Riotinto y en Alemania–, nieta de fusilado en 1936 y afiliada del PSC desde los 16 años, es alcaldesa de Esplugues de Llobregat desde 2006, la más longeva de los municipios de su entorno. Ingeniera de telecomunicaciones, un día volverá a sus clases universitarias. —En su cuarto mandato. ¿Lo tiene todo hecho o, al revés, tiene más claros sus planes de futuro?
— Tienes mucha ilusión porque has aprendido y puedes aplicar la experiencia. Este mandato lo inicié con la ilusión de recuperar proyectos que la crisis retrasó o frenó. Empezamos con mayoría absoluta, presupuestos expansivos, no llevábamos ni un año y llegó la pandemia. De repente te das cuenta de que no sabemos nada, que toca empezar de cero y con más humildad que al principio.
— ¿Cómo ha impactado la pandemia en Esplugues?
— Ha sido complicado, excepcional. Dijimos: «Este será el mandato de la cultura». Y con la pandemia los artistas no podían hacer nada, así que está todo dicho. Por suerte, olvidamos rápidamente lo malo. Pero sufrimos. Vino el confinamiento. Teníamos que seguir trabajando y más horas por la gente vulnerable. Organizar bolsas de voluntariado. De las monjas que cedieron su comedor a la gente que llevaba medicinas a los mayores. Y las residencias empezaron a pasarlo muy mal.
— ¿Cuántas hay en el municipio?
— Tenemos residencias públicas, concertadas y privadas. Hay seis en total que suman 361 plazas. Esplugues es una de las localidades que ha dado más ayudas para reparar los daños económicos y sociales de la pandemia. Tenemos un plan de reconstrucción con un presupuesto de 1,5 millones de euros para 2021. Podemos presumir de una economía saneada, lo que nos ha permitido dar una respuesta rápida a la situación.
— Esplugues es visto como un municipio con dinero.
— Es un tópico erróneo. De las que tienen entre 20.000 y 100.000 habitantes, somos la localidad con la menor presión fiscal de la provincia de Barcelona, aunque con menos dinero hacemos más cosas. En presión fiscal estamos el 60% por debajo de la media de esas localidades que citaba. En nuestros barrios de montaña viven el presidente de Mango, y Piqué y Shakira, e Iniesta mantiene su casa. Pero si miras en el barrio de Can Vidalet, donde reside un tercio de la población, y La Plana-Montesa, donde vive otro tercio, allí hay gente muy humilde. Con lo que recaudamos de IBI y otros impuestos de la parte de arriba podemos ayudar a que tengan más oportunidades los niños y las familias más vulnerables. Sí, en la zona de Ciutat Diagonal está el 1% más rico de toda España. Pero en Can Vidalet hay mucha población vulnerable.
— Como todas las ciudades, también hay problemas para acceder a una vivienda.
— Somos uno de los municipios más caros. La ubicación es extraordinaria, vivimos muy bien. Es una vida de pueblo. Caminando llegamos al campo del Barça. Somos el primer municipio de Catalunya en cobertura de escuelas infantiles. En cuanto a seguridad policial, la situación es tranquila, si se compara con el entorno. Tenemos zonas verdes. Lo malo: el alquiler. Aquí por 800 euros ya no encuentras algo digno.
— Con su experiencia como profesora universitaria ha estado en contacto con jóvenes. ¿Cómo accede un estudiante a un piso?
— Yo acabé la carrera y el doctorado, gané una plaza de profesora titular y con 26 años, soltera, me compré un piso sola en Esplugues. Mi hijo y mi hija no pueden hacerlo solos. En Esplugues hacemos política de vivienda, pese a que no es nuestra competencia. Hace tiempo que trabajamos con la Generalitat en el ARE [Área Residencial Estratégica] Montesa, que se traducirá en 1.000 pisos de protección, el 70% de alquiler. En una población como la nuestra (47.000 habitantes), se notará.
— ¿Qué opina del recurso del Gobierno del PSOE a la ley catalana de limitación de alquileres?
— Hay obligación de presentarlo porque hay invasión de competencias estatales, pero existe el compromiso de que no se pida la paralización porque no existe norma estatal.
— ¿Cree en la regulación de alquileres?
— Yo sí. Creo en poner límite a los alquileres. Me parece abusivo lo que está pasando en mi ciudad con los alquileres.
— ¿Ventajas e inconvenientes de estar junto a Barcelona?
— Estar junto a Barcelona y formar parte del área metropolitana es un privilegio para nosotros, una oportunidad. Es una ciudad cosmopolita, que tiene nombre en el mundo. No es tanto la ciudad, es el área metropolitana. Barcelona no sería Barcelona sin su entorno, y nosotros no seríamos nada sin la marca Barcelona, que es potente.
— Hablamos constantemente de la clave metropolitana, pero ¿es una realidad ya? Y en la Barcelona de los cinco millones, ¿cómo se ve Esplugues?
— Tenemos personalidad, sentimiento de pertenencia. Barcelona solo se nos come a nivel comunicativo. Tenemos que avanzar más, pero tener el AMB reconocida por ley... esta coordinación es muy positiva. En transporte, residuos, vivienda. Ahora bien, creo que hace tiempo que la alcaldesa de Barcelona no acaba de ejercer de presidenta metropolitana, y eso nos convendría, porque Barcelona puede llegar lejos por sí misma, pero la Barcelona metropolitana, la de los 36 municipios, puede vertebrar uno de los hubs más potentes de Europa.
— Usted es portavoz del PSC en la Diputación de Barcelona, una institución que está algo fuera del foco informativo.
— A veces el ruido no ayuda a trabajar. En la Diputación de Barcelona trabajamos sin ruido. La parte negativa es que no se visibiliza mucho de lo que hacemos, pese a que es un modelo de referencia en Europa. No repartimos dinero solamente, acompañamos.
— ¿El ‘procés’ se ha acabado?
— Como lo entendemos, sí, sin duda.
— ¿Los indultos ayudarán?
— Estoy convencida de que sí.