La Cubana repasa sus 40+1 años en una gran exposición en Sitges
La muestra ofrece las claves del estilo ‘cubanero’, marca de la casa de un grupo especialista en la parodia, creador de obras como ‘Cegada de amor’ y ‘Cómeme el coco, negro’ .
La amenaza de lluvia no impidió que el sol salieran la presentación en Sitges de 40+1 anys: un viatge del no res al 2021, una gran exposición sobre La Cubana, compañía surgida del teatro amateur en dicha población. Actores y gente que el público no conoce pero que forman parte del ADN cubanero se unieron a la foto de familia en el Centre Cultural Miramar. Jordi Milán y Vicky Plana, fundadores de la compañía, animaron a los jóvenes grupos a seguir luchando por sus sueños. «Nosotros actuábamos en la calle es porque no teníamos local» , afirmó Plana.
A lo grande
Montones de fotografías, vídeos de espectáculos, carteles y objetos recuerdan la historia de la compañía creadora, entre otros montajes, de Cegada de amor, donde los actores entraban y salían de una película; Cómeme el coco, negro, un homenaje a la revista y el Paral·lel, y Una nit d’òpera, una divertida introducción al mundo de la lírica. «Es como un transatlántico», resumía Mont Plans, una de las históricas de la compañía, igual que Anna Barrachina, Santi Millán, José Corbacho, impresionada con la gran cantidad de material expuesto, a disposición del público hasta el 26 de septiembre. Con las actuales restricciones, podrán entrar 80 personas a la hora, en franjas de 15 minutos.
La originalidad, la sorpresa, el espíritu festivo y el mimo por el detalle son algunas de las claves del teatro cubanero. Todo ello se refleja en la muestra que, como sus montajes, no defraudará. Están desde esa original parada de piedras macrobióticas que se inventaron al principio de su carrera y el cartel luminoso de La Cubana que viaja siempre con ellos hasta un enorme pastel de cumpleaños, el que aparecía en Campanadas de boda, que preside la entrada a la exposición. «Sin Sitges La Cubana no sería La Cubana», dijo Milán agradeciendo al Ayuntamiento de Sitges este homenaje. El grupo que empezó sin un duro, pidiendo ropa en tiendas de la localidad, combinando imaginación y capacidad de trabajo acabó no solo triunfando en el teatro con un estilo propio sino también en televisión con series como Teresina
S.A. El público podrá recorrer el interior del pisito y ver de cerca la cantidad de trastos que la compañía guarda en un gran almacén. Ver cómo organizan el montón de vestuario, pelucas y postizos de todo tipo que han acumulado a lo largo de los años impacta. También el afinado trabajo realizado para crear Una nit d’òpera, una filigrana de precisión vista solo en el Tívoli que necesitó la creación de un teatrillo.
Los artistas, de ayer a hoy
También los protagonistas de la exposición son toda las personas que han pasado por la compañía, sus colaboradores habituales y su proceso de trabajo. El espectador podrá apreciar sus trucos para los decorados y el vestuario así como la transformación de los actores en sus personajes a través de fotografías. Para sacar punta a la realidad y conectar con un público muy diverso, la compañía ha apostado siempre por un humor fresco y directo, con mucha improvisación y sin cuarta pared. Interpelar al espectador forma parte de La Cubana, tanto como mezclar castellano y catalán, no necesariamente normativos.
«La calle ha sido siempre nuestra inspiración», dijo Milán, que confesó que a menudo se pregunta cómo una compañía amateur como tantas de las que había en Catalunya en los años 80 alcanzó el éxito. «Comenzamos sin ninguna pretensión de ser profesionales ni dedicarnos a esto, más bien pensado en hacer el gamberro durante un verano».
«Comenzamos sin ninguna pretensión de ser profesionales ni dedicarnos a esto»