El viaje iniciático de una joven trans
‘Lola’ Laurent Micheli (Estreno: 18/6/21)
La película belga Lola tiene una estructura sencilla: dos personajes realizan un viaje de reconocimiento mutuo. No es exactamente una película de carretera, pero se acoge a la esencia del relato itinerante. Más que lo que ocurra al final del camino, interesa las relaciones que consolidadas durante el viaje después de un momento en el que el antagonismo de los dos personajes parecía irreversible.
Lola es una chica trans que está en pleno proceso para el cambio de sexo. Su madre ha fallecido. La había comprendido y estaba a su lado, aunque a espaldas de su padre. Este echó a Lola de casa. «Yo tenia un hijo», le dice. Pero las circunstancias los llevan a realizar juntos el viaje en coche hasta la costa, para depositar las cenizas de la madre. La urna en que están depositadas es un bien preciado tantoparaLolacomoparasupadre,Philippe.
Porque pese a la ceguera del progenitor y lairadelahija,Lolaesunapelículaqueintenta en todo momento comprender los motivosdeambospersonajes,suserroresyfragilidades. No es un filme sobre la homofobia, aunque evidentemente habla de los prejuiciosquesiguenimperandoenlasociedad,sino un relato ambarino que gira en torno a la superación y la comprensión. En eso resulta una propuesta muy ecuánime, fundamentada en dos excelentes interpretaciones de Mya Bollaers y Benoît Magimel.