‘Élite’sube la temperatura en su temporada más descarada
Las nuevas entregas llegan con un explosivo nuevo clan, de niños más ricos que los ricos, que pondrá de nuevo patas arriba el instituto.
Si hay una serie española que ha sabido ganarse al público adolescente en los últimos años es Élite. Su explosivo cocktail de suspense, ambición y sexo en un instituto pijo la ha convertido en uno de los productos made in Spain más exportables de Netflix, coronando a sus jóvenes protagonistas como ídolos de la nueva generación teen. Pero después de tres temporadas de éxito, la ficción reclamaba un revolcón para no seguir estirando el chicle con historias repetitivas de unos alumnos que, después de tantos muertos e intrigas, ya estaban de vueltas de todo sin haber superado siquiera la mayoría de edad. ¿Y qué mejor que un puñado de caras nuevas para volver a caldear el ambiente en el ya de por sí polvorín de Las Encinas? La cuarta temporada de Élite llega hoy a Netflix con importantes bajas en el alumnado (Ester Expósito, Danna Paola, Mina El Hammani, Álvaro Rico, Jorge López), aunque con un explosivo nuevo clan que pondrá patas arriba el instituto después de haberse cerrado el caso del asesinato de Polo.
«El gran reto era encontrar el equilibrio entre los personajes nuevos y los veteranos», reflexiona Carlos Montero, el creador de la serie. «Si en la primera temporada el choque venía de tres chicos becados y pobres que llegaban a un mundo de ricos, aquí los que llegan son más ricos que los ricos. Ahora de lo que hablamos es del privilegio, de cómo esos chavales que lo tienen todo quieren más», explica el guionista y director de títulos como El desorden que dejas y Física o Química, que deja claro que los actores que no continúan fue por decisión propia: «No hemos echado a nadie. Se han ido ellos», asegura.
La familia que desestabilizará el centro está encabezada por el nuevo director, Benjamín (Diego Martín), y sus tres díscolos hijos: Ari (Carla Díaz), «una chica competitiva, perfeccionista y con un punto elitista»; Mencía (Martina Cariddi), «con una coraza de tía dura que es de mentira» que hará que salten chispas con Rebeca (Claudia Salas), y Patrick (Manu Ríos), «que viene dispuesto a dar guerra» y que se entrometerá en la relación de Ander (Arón Piper) y Omar (Omar Ayuso), según los definen sus propios intérpretes. El otro fichaje es el aristócrata Philip (Pol Granch) y, a nivel creativo, Jaime Vaca, que se ha sumado a la producción tras la salida de uno de los creadores originales, Darío Madrona.
Adolescencia y sexo
Las escenas picantes seguirán estando muy presentes en la cuarta temporada, «más descarada incluso que las anteriores», según Montero, y llena de excesos. Tampoco faltará la subtrama de crimen, abriendo la historia en el primer capítulo con un flash forward. «Oscar Wilde ya decía que en esta vida todo tiene que ver con el sexo. Y la adolescencia, si se diferencia en algo de la infancia, es porque aparece el sexo y cambia las reglas del juego», se justifica. embargo, aunque Élite sea tan desinhibida a la hora de abordar estas secuencias, no considera que sea una serie «que naciera para provocar, aunque provoque». «Yo trato los temas de una manera frontal y sé que eso creará alguna polémica», reconoce este creador que ha sabido enganchar a adolescentes de distintas generaciones con títulos como Al salir de clase y Física o Química. ¿Su secreto?
«Yo creo que es tratar a los jóvenes como adultos, no con condescendencia ni estar siempre advirtiéndoles o dándoles consejos. A mí, por ejemplo, no me gustan las series en las que se ve claramente la lección que el autor quiere dar. Además, creo que los chavales lo captan enseguida», subraya Montero, inmerso ya en otro proyecto para la plataforma Netflix, el thriller fantástico y de terror Feria, así como en el rodaje de una quinta temporada de Élite. «Si la cuarta funciona, habrá Élite para rato», augura el showrunner de la ficción.