El Periódico - Castellano

Florentino Pérez da por caducado a Sergio Ramos

Tras un frío acto institucio­nal, en el que estuvo acompañado por el presidente del Madrid, el defensa se marchó sorprendid­o porque no se le quiso aceptar el sí que dio a su renovación.

- MARCOS LÓPEZ

No quería irse. Ni se había imaginado Sergio Ramos fuera del Madrid, seguro como estaba de que su condición de leyenda («serás siempre el héroe de la décima», le dijo ayer Florentino Pérez, el presidente blanco, en un frío e impersonal relato leído de sus 16 años en el club) le mantendría al margen del adiós. Pero las leyendas también caducan, por mucho que le duela al defensa andaluz, dueño de 22 títulos y de una carrera prodigiosa en el Bernabéu, donde logró cuatro Champions, tres de ellas consecutiv­as.

De ahí que Ramos, en su improvisad­o discurso en el acto institucio­nal celebrado en la ciudad deportiva de Valdebebas (no llevaba nada preparado, a diferencia de Florentino), rompiera a llorar a los 10 segundos de empezar. « No es un ¡hasta siempre!, sino que es ¡un hasta luego! Tarde o temprano volveré», pregonó el jugador, de 35 años, intentando asimilar la realidad. Ya no es jugador del Madrid. Tampoco lo es, de forma circunstan­cial, de la selección española, que juega mañana ante Polonia el segundo partido de la Eurocopa. No hay hueco en el Bernabéu para Ramos. Ni tampoco le dejó silla libre Luis Enrique en la Roja culminando unos seis meses finales de temporadas dramáticos.

Relación rota

«Uno nunca esta preparado para decir adiós al Madrid», dijo el andaluz, incapaz de articular cuatro frases seguidas ante Pilar Rubio, su mujer, sus cuatro hijos, sus padres y sus hermanos (René, que es, al mismo tiempo, su agente, y Mirian). Cuando Florentino hablaba, Ramos mantenía, sin embargo, una mirada serena y hasta fría, diplomátic­a y respetuosa, pero lejos de la pasión entre «un padre y un hijo deportivo», como él mismo definió a su relación con el dirigente blanco. Cuando se colocó ante el micrófono, se quebró.

«Es un ¡hasta luego!, pero que nadie dude. Ramos volverá», repitió para ir autoconven­ciéndose de que ya se había marchado de un lugar, el Madrid, que jamás quiso abandonar. «Nunca me he queri

do ir del Madrid», afirmó ya en la sala de prensa de Valdebebas, acompañado solo por Emilio Butragueño, el director de relaciones institucio­nales del club. «Me habría gustado que Florentino hubiese estado aquí, quizá no habría estado mal», admitió el ya excapitán blanco. Pero el presidente no dio el argumento que justificab­a la salida de Ramos del club. Al propio Ramos le tocó revelar lo que había sucedido.

«Cuando acepté la oferta de renovación, me dijeron que ya había caducado y yo no me había enterado», confesó asombrado el jugador, dando evidentes muestras de que no había entendido lo que sucedió en unas tempestuos­as negociacio­nes que han terminado con él fuera del Bernabéu.

«Se lo dijeron a mi agente hace una semana y nos sorprendió porque nunca dieron un ultimátum», afirmó después mordiéndos­e la lengua. Hablaba con tacto y «con pureza», esa fue la palabra que escogió para definirse, sin poder ocultar el dolor que anidaba en su interior. Profundo dolor que no quiso compartir en su totalidad. «Yo quería dos años y ellos uno. No, no ha sido por dinero. ¿Pesetero? No, eso no es así», argumentó, dolido porque no pensó que Florentino lo diera por caducado a sus 35 años. «No quiero rencor, solo quería tranquilid­ad para mí y para mi familia», añadió para justificar su deseo de firmar por dos años, algo que no toleró el Madrid. Ni tampoco por uno cuando Ramos creía que el presidente lo aceptaría.

Huir del enfrentami­ento

Lloró sin parar Ramos en el acto institucio­nal, con buenas palabras y gestos fríos de Florentino, y se contenía después ante el micrófono en la conferenci­a de prensa telemática con la que cerró más de tres lustros vestido con la zamarra madridista. «Me habría gustado tener la tranquilid­ad de contrato que tuvieron otros», dijo refiriéndo­se a jugadores, a los que no citó en ningún momento, que sí han tenido el contrato que el club blanco le ha negado. «Pero no quiero ningún tipo de enfrentami­ento», precisó, anunciando que se quedaba «con el último abrazo» que recibió de Florentino justo tras entregarle este la insignia de oro y brillantes del Madrid.

Paris SG, Premier...

«Hoy no es un día fácil, ha sido un tiempo repleto de intensidad, afecto y mucho cariño», se limitó a contar el dirigente en el tramo final de su discurso de cinco minutos con el que se abrió el acto de ayer. Aunque Ramos no paraba de dar vueltas sobre la estrategia del presidente. «Nunca se me dijo que la oferta del Madrid tenía una fecha de caducidad. A mí me sorprendió», afirmó el defensa asumiendo que había dicho al club que podía «planificar el futuro» sin él. Jamás pensó, eso sí, que le hicieran caso. De ahí su asombro. «Toca aceptar el presente y buscar otro equipo». No será el Sevilla ni tampoco el Barça, por lo que se abre la vía del Paris SG, capaz de asumir su alto salario porque Ramos llegaría libre. O de la Premier. Mientras, Florentino en solo dos semanas ya leyó la carta de adiós de Zidane y dio por caducado a Ramos.

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Real Madrid. com / Efe

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