Expertos legales advierten de potenciales malos usos
Algunos especialistas alertan de que «el impacto de un dron en la privacidad es mayor que el de una cámara fija en la calle», pero de momento no hay denuncias.
Expertos legales ven con preocupación el trato de las imágenes captadas por drones policiales. «Es un medio muy intrusivo, con un potencial impacto en la privacidad mayor que una cámara fija en la calle», señala el abogado David Maeztu. Sin embargo, Santiago Farré, responsable de la asesoría jurídica de la Autoritat Catalana de Protecció de Dades, señala que la captación de imágenes con drones es «menos invasiva» y que no han recibido ninguna denuncia sobre un mal uso.
Un informe del Observatorio de Derechos Humanos y Empresas en el Mediterráneo (ODHE) publicado en mayo señala como «principal amenaza» el uso para el «control social». En Francia, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) sancionó al Ministerio del Interior en enero por usar las aeronaves de forma ilegal para vigilar manifestaciones y violar las leyes al registrar y procesar datos personales, lo que ha llevado a congelar su uso en todo el país. Joan Pérez Arteaga, inspector jefe de la policía de Parets de Vallès, descarta que ese abuso suceda aquí: «Nuestros protocolos son más restrictivos».
Otro de los temores es que se normalice la incorporación de cámaras térmicas o de reconocimiento facial. La utilización de datos biométricos está prohibida, pero hay excepciones, como la de proteger la salud pública. Por eso, el año pasado se pudieron desplegar drones que medían la temperatura corporal de la gente. Preguntados por la adopción aérea de sistemas de reconocimiento facial, responsables de los Mossos d’Esquadra no descartan un posible uso siempre que esté «acompañado por la legislación».