Londres ya no apetece
Meca de jóvenes españoles ávidos de un primer trabajo combinado con el perfeccionamiento del inglés, la capital británica ha visto reducido su encanto con el Brexit. La farragosa gestión de nuevos permisos y el aumento de los delitos de odio hacen que pie
Con casi el 40% de paro entre los menores de 25 años en España, muchos jóvenes deciden probar suerte en el Reino Unido. Ivo Sequeros es ingeniero informático y su idea era instalarse en la capital británica. «En una ciudad como Londres, hay ofertas muy interesantes», asegura. Ese amplio abanico de empleos, sumado a la posibilidad de perfeccionar el inglés, convirtieron el Reino Unido en uno de los destinos favoritos de los veinteañeros españoles, especialmente para tener las primeras experiencias laborales. «Había terminado la carrera, no tenía ni idea de qué hacer y el panorama laboral con la pandemia del covid no estaba nada bien», comenta Laura Olmedo, una joven de 22 años recién graduada en Periodismo.
Internet está lleno de agencias o grupos de Facebook que ofrecen trabajo en el Reino Unido para los jóvenes españoles. Sin embargo, el Brexit ha hecho que muchos se lo piensen dos veces antes de hacer las maletas. Rafa Fernández y su novio son dos de los que abandonaron la idea de pasar un verano trabajando en Inglaterra por el divorcio del Reino Unido con la Unión Europea. «Nos causaba mucha incertidumbre, no sabíamos qué efecto iba a tener», explica.
La creación del settlement y el presettlement status –estado de asentado y preasentado– fue el principal freno para quienes, como Olmedo, tenían pensado trasladarse en 2021. «Las agencias metían mucha prisa, querían que me fuese de una semana para otra», subraya la joven, que empezó a buscar opciones en otoño.
Traslado con prisa
La necesidad de tener ese documento hizo que Sequeros viajase al país en noviembre. «Mi plan era mudarme el mes que viene y con menos de 24 horas allí te daban el presettlement status», apunta este ingeniero informático.
La negativa de los europeos a trasladarse al Reino Unido se está notando ya en el país. De hecho, el rotativo británico The Telegraph publicó el 1 de junio la noticia de que Tim Martin, empresario y uno de los principales defensores del Brexit, había pedido al Gobierno de Boris Johnson que introdujera un nuevo sistema de visados ya que muchos negocios se pueden ver obligados a cerrar por falta de personal.
Otro temor que tienen muchos jóvenes es la posibilidad de sufrir delitos de odio por ser españoles. «Nos daban bastante mal rollo las actitudes que se estaban dando por parte de un gran sector británico hacia el resto de Europa», señala Fernández. También destaca el prejucio hacia los estados del sur –Portugal, Italia, Grecia y España– conocidos como los PIGS, un acrónimo formado con las iniciales de los países que más sufrieron la crisis financiera y que forma la palabra cerdos en inglés. «Hay cierta desafección hacia los europeos y para mí esa es la razón principal por la cual no me apetece ir», cuenta también Sequeros. «No es ya por el Brexit, sino por la desafección que ha causado», insiste. El Gobierno británico ha informado de que los delitos de odio se incrementaron el 8% de 2019 a 2020 en Inglaterra y Gales. Se trata de una tendencia que crece a pasos agigantados desde la votación del Brexit. Estos motivos han hecho que los jóvenes sopesen otros destinos.
«No es ya por el Brexit, sino por la desafección que ha originado», explica Ivo Sequeros