Crece el número de deportaciones de europeos al llegar al Reino Unido
En solo tres meses, Londres ha vetado la entrada a más de 3.200 ciudadanos de la UE
Lo que no esperan los visitantes de la Unión Europea que aterrizan en Londres, van a tomar el ferri en Calais o a coger el Eurostar en París es que la policía de fronteras británica les someta a un interrogatorio en toda regla. Menos aún que les impida la entrada y les envíe a un centro de detención de inmigrantes ilegales para ser deportados. Según los datos que ha hecho públicos el Ministerio del Interior británico, en los últimos tres meses y pese a la casi inexistencia de viajes debido a la pandemia de coronavirus, el número de ciudadanos de la UE a los que se les impidió la entrada en el Reino Unido fue de 3.294, una cifra 20 veces superior a la registrada el primer trimestre del año anterior, cuando el tránsito de viajeros era mucho mayor.
En las últimas semanas se han multiplicado los testimonios de la virulencia con la que el personal de la llamada Border Force está aplicando la nueva legislación tras el Brexit. Sigue estando permitido visitar el Reino Unido sin un visado, pero los europeos pueden ser expulsados si se sospecha que llegan para buscar trabajo. La decisión queda a criterio de los agentes fronterizos y eso pensaron de Sergio D’Alberti, camino de Irlanda para visitar a la familia de su mujer. Le tomaron las huellas dactilares, lo fotografiaron y lo trataron «como si fuera un criminal», según contó a The Guardian. «Nunca me he sentido más humillado en toda mi vida», aseguró al rotativo.
Detenidas en Gatwick
El diario también alertó de lo ocurrido a dos españolas, María de València y Eugenia de Bilbao, detenidas en el aeropuerto de Gatwick y devueltas a España. La primera pasó tres días en un centro de detención. Otra joven llegada de Dinamarca vivió una situación similar, al igual que una checa y una portuguesa. El embajador de Bulgaria en el Reino Unido confirmó que ha habido varios casos más. Los detenidos denuncian que no se les informa de sus derechos ni tienen asistencia legal.
La historia se ha repetido con numerosos europeos a los que la policía no creyó cuando dijeron que iban a visitar a un novio, novia o pariente, y con los que respondieron que iban a realizar una entrevista para un puesto de trabajo o a tantear las ofertas en el mercado laboral. Estos últimos no sabían que las normas cambiaron el 1 de enero y que necesitan obtener antes de llegar al país un visado para trabajar y cumplir una serie de requisitos. Otros simplemente han pagado el celo arbitrario de los agentes fronterizos.
Una treintena de incidentes
La Comisión Europea no dispone de cifras oficiales, pero tiene constancia de que en las últimas semanas ha habido una treintena de incidentes de este tipo y ve «desproporcionadas» las detenciones de ciudadanos europeos. «Lo que necesitamos la UE y el Reino Unido es más cooperación, una estrategia conjunta y no acciones unilaterales –como la detención de ciudadanos europeos– porque podría hacer más daño a nuestra relación», avisó en la BBC el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic. El dirigente alertó de que detener a europeos o tomarles las huellas dactilares porque quieren visitar territorio británico «no ayudará a mejorar el ambiente» entre Londres y Bruselas.
Aunque no se trata de «una tendencia generalizada» y se han notificado «un número limitado de casos», la delegación de la UE en Londres sigue de cerca los incidentes, «en particular las condiciones y la duración de la retención, que son motivo de gran preocupación», según explicó el portavoz de la Comisión Europea, Daniel Ferrie. Se trata, afirma, de un problema consular en el que Bruselas no tiene competencias, pero la delegación comunitaria en Londres mantiene «contacto diario» con el Ministerio del Interior británico.