Aragonès y Puigdemont liman asperezas tras el pacto del Govern
‘President’ y ‘expresident’ soslayan los temas espinosos y exhiben unidad a favor de una «salida global» al conflicto catalán
Reunión de «marcado tono institucional y de respeto a la Generalitat» entre Pere Aragonès y Carles Puigdemont, ayer en Waterloo (Bélgica), según expresaron ambos líderes. Una forma de señalar que en las casi dos horas de reunión se orillaron los temas espinosos, los que separan a las dos almas mayoritarias del independentismo. Y un mensaje conjunto, en el contexto que lleva días encabezando toda información política, el de los indultos a los líderes del 1-O. Tanto el ‘president’ como su antecesor señalaron que la medida de gracia no supone una solución al conflicto y que se precisa una solución «global» que dé respuesta a la situación de «represión» y al debate «sobre la soberanía de Catalunya», vía el ejercicio «del derecho a la autodeterminación».
En una comparecencia ante los medios, frente a la Casa de la República, Puigdemont insistió en que la cita no tuvo «un carácter ejecutivo», por lo que no se ha abordó ni el papel del Consell de la República, principal fuente de demora del pacto de Govern entre ERC y Junts, ni tampoco se ha preparado la próxima reunión de la mesa de diálogo (Puigdemont prefiere tildarla de negociación) entre el Estado y la Generalitat. Es decir, política de gestos, como el que realizó el ‘president’ desplazándose hasta Bélgica el día que Pedro Sánchez y Mario Draghi viajaban hasta Barcelona.
Mutuo reconocimiento
Limado de asperezas, a través del mutuo reconocimiento entre Aragonès y Puigdemont en su primer encuentro tras la toma de posesión del nuevo Govern, después de un proceso negociador entre ERC y JxCat plagado de tensiones, en el que los republicanos irritaron a Puigdemont al advertir que no admitirían «tutelas» a Aragonès a través del CxR, la entidad creada por Puigdemont para aglutinar el independentismo más allá de la frontera y lejos del alcance de la justicia española.
En cuanto a los indultos, la distancia habitual de Aragonès al señalar que toda medida que suponga un aligeramiento del dolor de las familias será bienvenido y su apuesta por la amnistía. Por parte de Puigdemont, el recordatorio de que, en su opinión, «el Gobierno de Sánchez se ve abocado a realizar estos indultos, porque si no toma la iniciativa, otros lo harán», en referencia a las instancias judiciales y políticas europeas. «Se trata, pues, de un autoindulto», dijo. El ‘expresidente’ dirigió una pregunta directa a Pedro Sánchez, en relación a su situación personal: «¿Va a respetar España la inmunidad parlamentaria que gozo en todos los países de la Unión Europea, menos en España?».
Sobre el acto del presidente del Gobierno, el lunes en el Liceu, que algunos interpretan como la antesala a la concesión, el martes , de los indultos, Aragonès dijo no haber recibido invitación y circunscribió la cita a la agenda exclusiva de Sánchez, aunque le recordó que, si tiene propuestas, lo lógico es que se transmitan « a los representantes democráticamente elegidos de la ciudadanía catalana».
Preguntado por si secunda el plan de la CUP de convocar un nuevo referéndum, pactado o no, en dos años, el ‘president’ señaló que el «independentismo nunca renunciará a su objetivo, la independencia». Puigdemont optó por recordar a los anticapitalistas que el referéndum ya se llevó a cabo el 1-O y se ganó», apuntilló- y que «solo uno acordado con el Estado», como reza el acuerdo de Govern entre republicanos y posconvergentes, «puede sustituir su mandato».
Ambos líderes advierten a Sánchez de que los indultos a los presos del ‘procés’ no son la «solución»
n