Duchamp, hilo conductor de las exposiciones de la Tàpies
El museo acoge hasta el 30 de enero una muestra con obras de los 60 y 70 del genial artista barcelonés, y otra del francés Saâdane Afif.
El francés Marcel Duchamp, icono del dadaísmo, se ha convertido en el hilo conductor de las dos nuevas exposiciones que podrán verse hasta el 30 de enero en la Fundació Antoni Tàpies. Una, con piezas del propio artista barcelonés de las décadas de los años 60 y 70, bajo el título de Tàpies. La realidad en primer plano,y Los archivos de la Fuente y más allá, del francés Saâdane Afif.
Aunque a simple vista las obras de Tàpies se suelen relacionar con corrientes estilísticas como el surrealismo o el abstractismo, debido a las altas cuotas de simbología en sus obras que obligan al espectador a pensar, la realidad es que Tàpies se definía a sí mismo como «un artista más realista que muchos de los que se autoproclamaban así», comenta la comisaria de Tàpies. La realidad en primer plano,
Núria Homs. «Los surrealistas suelen buscar emociones inconscientes o escondidas pero lo que hace Tàpies es poner la realidad en primer plano para darle un valor».
Y esto lo hace a lo largo de las 43 obras que ahora se exponen estos días en la Fundació y que el artista convierte en su lenguaje propio. Piezas como Ventall o Pintura-bastidor son una apelación directa del catalán a la realidad que busca resaltar.
Intimidad y realismo
Sin dejar de lado las simbologías políticas de sus obras, pues Tàpies era «profundamente político», tal y como demuestra en piezas como Companys o Inscripcions i quatre barres damunt arpillera, que se distinguen por sus claros (aunque a la vez ambiguos por miedo a la represión) discursos antifranquistas, la exposición representa un viaje de Tàpies por mostrar una intimidad y realismo influenciados por el francés Marcel Duchamp, quien «jugó un papel clave en la renovación de la escena artística de los 50 e inspiró a los artistas jóvenes de la época [entre los que se incluía Tàpies] que ya estaban cansados del abstractismo y del informalismo».
Duchamp, creador de una de las obras más trascendentales del arte contemporáneo como La Fuente (1917), su famoso urinario, fue también quien lanzó al mundo la idea de que es el espectador el que complementa el arte. «Duchamp destaca la distancia entre la intención del artista y el resultado que recibe el espectador cuando la ve», mantiene Homs.
Este es precisamente el hilo conductor que impulsa la segunda colección que el pasado jueves presentó la Tàpies: Los archivos de la Fuente y más allá, del francés Saâdane Afif, una serie de mil y una páginas enmarcadas en la que se recopilan publicaciones sobre La Fuente, la mítica obra de Duchamp.
Lo que comenzó con «un extraño hobby y casi una broma», según admite el propio Afif, pronto desembocó en un «riguroso trabajo de documentación para acabar desarrollando esta colección, que trata de reflexionar sobre los relatos que crea una obra de arte y cómo estos relatos aportan un nuevo significado a la pieza en sí».
Tres dimensiones
La exposición de Afif supone una experiencia casi tridimensional, pues se ofrecen también los proyectos The Augmented Series, en los que se incluyen 147 páginas enmarcadas que hablan sobre la propia colección del francés, y Lyrics, en el que pedía a sus conocidos que escribieran letras que representaran lo que transmitían sus obras, un proyecto que terminó materializándose en 10 composiciones musicales a manos de Augustin Maurs y 10 flautines elaborados con huesos de pájaro.