Cuando faltan las referentes
La eclosión de cineastas internacionales que ofrecen nuevas miradas al fantástico contrasta con la falta de directoras que se dediquen al género en Catalunya y España. ¿Cuáles son las razones?
En 2016, la directora barcelonesa Denise Castro presentaba en el Festival de Sitges su ópera prima, Salvación, evanecescente cuento fantástico sobre una niña enferma de corazón y un joven vampiro que le promete la inmortalidad. Un par de años después, regresaba al mito vampírico con la sarcástica Drácula de Denise Castro, falso documental que confirmaba su irresistible atracción por el cine de género. «No concibo la vida sin la fantasía», afirma Castro, rara avis de una cinematografía española en que las directoras, por una extraña tradición, apenas se han acercado a lo fantástico.
La directora Judith Colell, actual presidenta de la Acadèmia del Cinema Català, dio sus primeros pasos en el cine con la intención de hacer género. «No es algo que haya contado mucho, pero en mis inicios era muy fan de Cronenberg y, de hecho, mi primer corto, Clara foc, ya era de género, pero pronto vi las dificultades de seguir por ahí. Estamos hablando de hace casi 30 años y el panorama era un desierto. No había mujeres que hicieran cine de género, no había referentes, y al final piensas que las mujeres no servimos para hacer este tipo de cine y… lo abandonas», relata la autora de 53 días de invierno. En este sentido, la Palma de Oro para Titane, de Julia Docournau, es un hito crucial de cara al futuro: «Demuestra, por si aún no se sabía, que las mujeres podemos hacer todo tipo de cine: terror, acción, drama, comedia, thriller. Todo».
Belén Funes, ganadora del Goya a la mejor dirección novel por La hija de un ladrón, apunta también a la falta de referentes para intentar entender la falta de directoras de fantástico en España. «Es que no hay modelos previos. Por eso es importante que Julia Ducornau exista y que Titane haya ganado la Palma de Oro». Para la directora de Ripollet,
la rotunda victoria de Ducournau «es una inspiración para nosotras, pero también para las niñas que ahora mismo piensan en ser directoras y sueñan con acercarse al mundo a través de los ojos del cine de género».
En opinión de Júlia de Paz, que acaba de estrenar en cines su opera prima, Ama, la Palma de Oro de Titane es fundamental para acabar, o al menos combatir, la discriminación de la mujer dentro de los viciados engranajes de la industria del cine. «Que Ducournau haya ganado en Cannes pone en manifiesto hasta qué punto debe desaparecer el estigma de que ‘las mujeres suelen hacer películas más de autor e intimistas’, porque esa es otra herramienta de discriminación por parte de la industria cinematográfica hacia nosotras». En este sentido, De Paz apunta que «el terror, el gore o el thriller proceden de los inicios del cine, con todo el clasicismo que eso conlleva en su lenguaje y su narrativa; por ejemplo, en la sexualización del cuerpo de la mujer en sus tramas. Y con su primera película, Crudo, Ducournau ya había demostrado que se pueden romper con estas normas y estigmas, abriendo nuevas visiones de la realidad o la ficción».
«No había mujeres que hicieran este tipo de cine antes y al final renuncias», afirma Judith Colell «‘Titane’ es una inspiración para las futuras niñas cineastas», apunta Belén Funes