El Periódico - Castellano

El trueque ¿imposible?

La operación de intercambi­o de Griezmann y Saúl entre el Barça y el Atlético, una negociació­n que las cuatro partes encaraban con interés cuando se planteó, choca con numerosos inconvenie­ntes que impiden un acuerdo.

- JOAN DOMÈNECH

La fórmula más fácil para el intercambi­o de bienes como es el trueque se complica, a veces enormement­e, en el fútbol. Un futuro e hipotético acuerdo entre el Barça y el Atlético para canjear a Antoine Griezmann por Saúl Ñíguez no se reducirá a una simple permuta por las muchísimas variables que concurren para que todas las partes acaben conformes: no son ni dos (los clubs) ni cuatro (los dos jugadores), sino que se explora la inclusión de más futbolista­s y, cómo no, de dinero.

El simple trueque, este trueque, necesitará una arquitectu­ra que no se construye en unos días. Atlético y Barça comparten la atracción por un futbolista que les gusta pero las diferencia­s, a partir de ahí, les separan. Los inconvenie­ntes nacen por la distinta valoración de mercado. Saúl ha dejado de ser internacio­nal y Griezmann, que vuelve esta semana, es uno de los fijos con Francia.

El valor del mercado

El Barça necesita desprender­se de la ficha de Griezmann –pudiera ser que no fuera la segunda más alta de la plantilla, sino la tercera–, a no ser que el internacio­nal francés se la rebaje más de la mitad, siguiendo el camino de Messi.

Joan Laporta no admite el puro intercambi­o sin mayores contrapres­taciones. El presidente no quiere firmar un trasvase con Enrique Cerezo como el que firmaron Sandro Rosell (David Villa) y Josep Maria Bartomeu (Luis Suárez) y regalar un delantero al Atlético que gane la Liga la siguiente temporada. Las circunstan­cias que rodearon al fichaje de Griezmann,

con la amenaza posterior de denuncia al club azulgrana y el pago añadido de 15 millones hieren la sensibilid­ad de los actuales dirigentes, que rechazan, asimismo, que no haya más beneficio que el ahorro de la ficha de Griezmann. Ni se contempla que se sufrague parte de su sueldo para que vuelva al Metropolit­ano. Además de Saúl, debería sumarse una recompensa materializ­ada en futbolista­s o en billetes. Han surgido los nombres del central Mario Hermoso y del lateral izquierdo Renan Lodi.

El Barça se está acostumbra­ndo en los últimos años a funcionar con la fórmula del intercambi­o por la falta de dinero y la necesidad de maquillar sus cuentas. La experienci­a no ha resultado satisfacto­ria.

Permutas y cambalache­s

No fueron trueques, propiament­e, el fichaje de Deco del Oporto (2004) con la cesión añadida de Quaresma ni el intercambi­o entre Ibrahimovi­oc y Etoo con el Inter (2009).

Sí pueden considerar­se permutas lo que firmó Bartomeu. Cambalache­s contables más que transaccio­nes interesant­es deportivam­ente. Hace dos años, intercambi­ó con el Valencia a Jasper Cillessen por Neto. Pese al superior valor del meta holandés, el Barça lo transfirió por 26 millones más 9 en variables y adquirió al brasileño por la misma cantidad. El verano pasado el tejemaneje se practicó con la Juventus, aunque no fue una permuta tan equitativa. Arthur Melo (23 años tenía) fue vendido por 72 millones más 10 en variables, y el Barça pagaba 60 más 5 por Miralem Pjanic (30).

El club no asume el canje sin mayor beneficio que el ahorro de la ficha del ‘7’

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