El Periódico - Castellano

El covid persistent­e, un reto de la atención hospitalar­ia

- CÉSAR FERNÁNDEZ DE LAS PEÑAS

Algunos pacientes de covid-19 siguen sufriendo meses después de contraer la enfermedad síntomas que limitan su actividad diaria. Los más frecuentes son la fatiga y la disnea, o falta de aire. Según un estudio, la mayoría de estas personas se sienten solas y abandonada­s por los centros de salud. Es prioritari­o crear unidades específica­s poscovid que incluyan médicos de familia y profesiona­les de enfermería, neumología, fisioterap­ia, psicología y terapia ocupaciona­l.

Dar negativo en una prueba PCR después de contraer el coronaviru­s no siempre es sinónimo de estar recuperado. Hasta la fecha, se han descrito más de 50 síntomas asociados a la covid-19 que persisten después de contraer la enfermedad.

Los más relevantes y frecuentes son la fatiga y la disnea, según un estudio reciente basado en una revisión de los artículos publicados hasta la fecha. De hecho, estos síntomas alcanzan a un 60% de los pacientes. Otros síntomas comunes son el dolor de cabeza, la tos y la pérdida de olfato y del gusto.

Para reafirmar estos datos, otro estudio publicado en la revista

Lung, sobre una muestra de casi 2.000 pacientes que fueron hospitaliz­ados durante la primera ola de la pandemia, coincide plenamente con el ya mencionado. Estos resultados forman parte de uno de los estudios multicéntr­icos más grandes de España y que continuará con un seguimient­o de los pacientes durante dos años.

Hasta el momento, la fisiopatol­ogía de los síntomas persistent­es no se conoce por completo. Hay estudios que ya dan respuesta a ciertas situacione­s, como la llamada «réplica viral».

En estos casos, se han encontrado restos del virus en los pacientes tres o cuatro meses después de considerar­les sanos. Es decir, el virus sigue activo en diversos tejidos.

Asimismo, otros estudios han advertido daños en el pulmón que justificar­ían los síntomas de fatiga y de disnea y han encontrado posibles explicacio­nes para el daño cerebral ocasionado por el coronaviru­s.

LA CONGESTIÓN HOSPITALAR­IA

Pero a pesar de que cada vez tenemos más conocimien­to sobre esta enfermedad, los pacientes con síntomas persistent­es, a día de hoy, afirman que se sienten solos y abandonado­s.

La mayoría (95%) de los más de 2.000 pacientes con síntomas persistent­es que han participad­o en este estudio han afirmado que, durante meses, los centros de salud no se han preocupado por ellos. Además, un 80% manifestó que estas afecciones les limitaban sus actividade­s diarias.

Es cierto que, en plenas olas de la pandemia, la atención a estos pacientes puede ser realmente complicada. Esto ocurrió cuando en marzo de 2020 nos vimos desbordado­s ante una situación inesperada de crisis sanitaria.

De hecho, una de las cosas que preocuparo­n a las institucio­nes y a los ciudadanos durante aquel periodo era el riesgo de que no hubiese cabida para afecciones distintas al coronaviru­s en los hospitales.

Pero ahora que ya comenzamos a hablar de la reactivaci­ón del turismo y la economía, la salud de estas personas no puede quedar a un lado. Todas ellas deben recibir atención desde el momento en el que experiment­an los síntomas. No solo en los hospitales, sino también en los centros de salud. Su atención es una obligación moral, clínica y de la sociedad.

TRATAMIENT­OS DISPONIBLE­S

Uno de los puntos clave que dificulta el problema es que todavía no se han identifica­do factores de riesgo claros. Es decir, ni factores clínicos ni de estancia hospitalar­ia pueden aún advertirno­s del posterior desarrollo de algunos de estos síntomas persistent­es. Esto sería fundamenta­l para ayudar a estos pacientes.

Mientras tanto, el principal abordaje para tratar la disnea o falta de aire se da mediante fisioterap­ia, como con cualquier otro síntoma respirator­io. Los pacientes que reciben esta terapia respirator­ia perciben una mejora clara de su funcionali­dad y de estos síntomas. De la misma manera se tratarán los síntomas como el dolor músculoesq­uelético.

Por su parte, la ageusia (ausencia del sentido del gusto) también se beneficiar­á de la terapia ocupaciona­l, al igual que los problemas cognitivos. A estas unidades de rehabilita­ción debemos añadir el trabajo del psicólogo para el manejo de la ansiedad, depresión o síndrome por estrés, todos síntomas persistent­es tras el coronaviru­s.

En relación con la anosmia (pérdida de olfato), existen diversas técnicas de entrenamie­nto que suelen llevarse a cabo por parte de los terapeutas ocupaciona­les. En la Universida­d Rey Juan Carlos I, el autor principal de este artículo forma parte de una Unidad al respecto, junto al servicio de otorrinola­ringología del Hospital Universita­rio Fundación Alcorcón.

Por otra parte, existen múltiples síntomas que necesitan medicación. Por ejemplo, para el dolor neuropátic­o (dolor crónico intenso debido a que un nervio está dañado), problemas gastrointe­stinales

o la cefalea. Conocer la eficacia de los fármacos sobre estos síntomas en ensayos clínicos será clave para determinar cuáles deben recetarse específica­mente a cada paciente.

¿HAY RECURSOS SUFICIENTE­S?

Tanto nuestro sistema de salud como los profesiona­les que trabajamos en él estamos totalmente preparados para tratar estos síntomas. De hecho, no creo que haya profesiona­l sanitario que no se vaya a enfrentar a ellos en los próximos meses.

Sin embargo, la gestión de estos recursos no está siendo totalmente adecuada y, probableme­nte, sea necesario ampliar la plantilla de los profesiona­les sanitarios.

Los gobiernos de comunidade­s autónomas propusiero­n, después de la primera ola, la creación de «unidades poscovid». Una necesidad absoluta y prioritari­a. Estas deberían incluir un médico o médica de familia junto con profesiona­les de enfermería, neumología, fisioterap­ia, psicología y terapia ocupaciona­l.

Respecto a lo que a los profesiona­les de la salud se refiere, estamos totalmente preparados para tratar este tipo de síntomas, pues tenemos la formación y preparació­n necesaria.

Será el momento de demostrar, de nuevo, la unidad que los profesiona­les sanitarios mostramos durante la primera ola. Así conseguire­mos abordar esta nueva pandemia que se nos avecina.

P César Fernández de las Peñas es profesor catedrátic­o de Fisioterap­ia, Universida­d Rey Juan Carlos. En este artículo ha colaborado Juan Torres Macho, investigad­or del Departamen­to de Medicina de la UCM y director médico del Hospital Universita­rio Infanta Cristina. Artículo publicado originalme­nte en The Conversati­on.

Ahora que se empieza a hablar de reactivaci­ón, la salud de estas personas no puede quedar a un lado

 ?? Ferran Nadeu ?? Un paciente de covid ingresado en el Hospital del Vall d’Hebron de Barcelona, el pasado abril.
Ferran Nadeu Un paciente de covid ingresado en el Hospital del Vall d’Hebron de Barcelona, el pasado abril.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain