Las empresas tienen actualmente menos directivas que en 2008
▶ La proporción cae al nivel precovid (16,8%), pero se reduce en un punto la brecha salarial
Poco antes de que la crisis financiera llegara a España, casi dos de cada 10 puestos de alta dirección estaban ocupados por mujeres. Catorce años más tarde, la cifra ni siquiera llega al 17%. Además, esta proporción es dos puntos inferior a la del año pasado, cuando el 19,5% marcado en 2008 parecía cerca de batirse. Y si bien ICSA Group y EADA Business School, responsables de la recopilación y análisis de los datos, asocian el repunte de 2021 a la flexibilidad laboral que trajeron consigo las medidas anticovid, también alertan de los peligros que anticipa la tendencia: «Ahora estamos otra vez en crisis, si no cambiamos, iremos a peor».
Así lo advirtieron ayer la profesora de EADA, Aline Masuda, y la socia directiva de consultoría de ICSA, Indry Canchila. Ambas expertas explicaron que la vuelta a la oficina y a los viajes de negocio han penalizado más a la mujer, que habitualmente tiene mayor necesidad de conciliación por ser quien se ocupa de los cuidados y las tareas en el hogar, y que, además, ellas llegan al escenario pospandémico mucho más quemadas precisamente por ello. «Es como si lo que nos enseñó el covid básicamente no hubiera existido», señalaron Masuda y Canchila, destacando que la proporción de mujeres directivas es, efectivamente, muy similar a la de 2019 y 2020.
Brecha salarial
Su informe también refleja, un año más, que la cuota es peor especialmente en el caso de la dirección general (en este estamento no hay ni un 9% de mujeres), en los puestos de dirección comercial (7,6%) y en la dirección de producción (5,9%). Además, si bien la peor parte se la llevan las directivas en general, la tendencia se reproduce en los mandos medios –donde hay cerca de siete hombres por cada tres mujeres–, y entre los empleados, donde ellos son el 54%. «Esto evidentemente refleja que a mayor responsabilidad, menor presencia de mujeres», analizó la consultora de ICSA. «Tenemos puestos directivos muy masculinizados y en los cuales se remunera mejor a los hombres que a una mujer», añadió. «Tenemos posiciones poco adaptables,
«Hay puestos directivos muy masculinizados en los cuales se remunera mejor a los hombres que a una mujer»
obsoletas, poco flexibles y que no permiten la integración de la mujer entre su vida profesional y personal», agregó Masuda.
En concreto, la diferencia media de sueldo anual está este año en torno a los 10.000 euros, lo que supone una brecha salarial del 13%, un punto menor a la que identificaba el mismo estudio el año pasado. Esa discreta mejoría no se reproduce, sin embargo, en los mandos medios, ni en los empleados. Estos últimos cobran unos 2.800 euros más que ellas al año de media, una distancia prácticamente igual a la de 2021. Sus jefes, en cambio, ganan de media este año 5.000 euros más que sus jefas, una brecha del 12,6%, más de un punto porcentual mayor a la de un año atrás.
«Tenemos un sistema que tiende a discriminar a la mujer, que definitivamente la ha ido dejando fuera», concluyeron las ponentes, alertando, además, de que esta situación lleva inevitablemente a pensiones de jubilación muy dispares. Y que lejos de mejorar, estos primeros síntomas de empeoramiento pueden agravarse drásticamente si los problemas económicos derivados de la pandemia y la guerra en Ucrania se alargan.
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