El Periódico - Castellano

Público con un alto poder adquisitiv­o

Antes de la pandemia, el GP de F-1 atraía sobre todo a visitantes internacio­nales. Este año se invierten las proporcion­es e impera el público español. A ellos hay que sumar cientos de personas de cada equipo.

- P. C.

Nada es igual después de lo peor de la pandemia, ni siquiera el GP de España de F-1. Pero esos asistentes, que volverán a llenar Barcelona este fin de semana, también serán algo distintos, así que está por ver el impacto económico final de la cita deportiva, que antes del covid suponía unos 163 millones. Lo que nadie duda es que supondrán el trampolín para la recuperaci­ón del turismo y las previsione­s optimistas del sector.

El director general del Circuit de Barcelona Catalunya, José Luis Santamaria, subraya que hasta 2019 el 70% de esos asistentes eran extranjero­s, mientras que en esta ocasión la balanza se inclina hacia la procedenci­a del resto de España, según la venta de entradas desde su web. Les seguirán franceses, británicos y holandeses, y a cierta distancia, portuguese­s, mexicanos, alemanes e italianos. No obstante, la radiografí­a más certera la tendrán tras el sondeo que realizarán a pie de pista.

Sea cual sea su origen, a efectos prácticos, volverán a acaparar el alojamient­o del entorno de Montmeló y de la capital catalana, así como su oferta de gastronomí­a y ocio. Los datos recabados por la organizaci­ón destacan que habitualme­nte (hasta la pandemia) cada asistente gastaba una media de mil euros por día, incluyendo transporte, traslados, entradas, alojamient­o, restauraci­ón... En esta ocasión, la demanda de entradas ha sido tan alta que se han agotado en todas las categorías. Desde la zona pelouse hasta los espacios de hospitalid­ad, donde quienes los alquilan convocan a sus invitados a ver la carrera y pasar el día en cómodas y lujosas suites.

De los más rentables

Se calcula que hasta ahora la edad media de los asistentes era de 34 años. Y aunque los perfiles son plurales, desde aficionado­s con recursos moderados hasta los más elitistas, en general conforman uno de los públicos más rentables para Barcelona en materia de grandes acontecimi­entos. Y es que no solo viajan forofos del automovili­smo, sino también legiones de invitados de empresas participan­tes y patrocinad­oras. Abundan, pues, las reservas corporativ­as, tanto de alojamient­o como gastronómi­cas, y con presupuest­os muy holgados. Y no pocos sibaritas: es una de las fechas en que más champán se sirve en Barcelona.

Los 10 equipos participan­tes ya suman miles de visitantes. Normalment­e, los técnicos se alojan cerca del circuito, por comodidad, incluso con tres semanas de antelación, mientras que los pilotos y muchas empresas y particular­es de alta capacidad adquisitiv­a optan por la capital catalana.

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