El Periódico - Castellano

El Eintracht gana la Europa League en el Pizjuán

Trapp paró un penalti a Ramsey en la tanda decisiva y tumbó al Rangers en una final con incidentes previos entre los hinchas.

- FERMÍN DE LA CALLE

El Eintracht se proclamó campeón de la Europa League en una final agónica que se decidió en la tanda de penaltis a favor de los alemanes.

El partido entre germanos y escoceses comenzó antes del pitido inicial en las calles de Sevilla, donde se libró una batalla campal con heridos y detenidos en ambos lados. La final vivió en su primera parte un duelo de ida y vuelta. Dos de los equipos más ofensivos de la Europa League se limitaban a no descuidar sus obligacion­es defensivas para no tener que remar río arriba en Nervión. El Rangers llevó el peso de la posesión, pero el Eintracht tuvo muchas más llegadas

Trapp (7); Touré (5), Tutta (4), Ndicka (5); Knauff (6), Rode (6), Sow (5), Kostic (7); Lindström (5), Borré (7), Kamada (6). Técnico: Glasner (6). Cambios: Hasebe (6) por Tuta (min.57), Hauge (5) por Lindstrom (min.67), Jakic (5) por Rode (min.89), Lenz (5) por Ndicka (min.99), Hrustic (6) por Sow (min.105).

McGregor (6); Goldson (5), Lundstram (5), Bassey (6); Tavernier (5), Jack (5), Kamara (6), Barisic (5); Kent (7), Aribo (7), Wright (5). Técnico: Van Bronckhors­t (6). Cambios: Davies (5) por Jack (min.70), Sakala (6) por Wright (min.70), Arfield (5) por Kamara (min.91), Ash (5) por Aribo (min.99), Ramsey por Sakala (min.116)

1-0, Aribo (min.56); 1-1, Santos Borré (min.67)

Vincic. Amarilla a Wright, saliendo a la contra con la velocidad de Kostic y las llegadas de Kamada. Pero ni unos ni otros pusieron en peligro real la portería rival y al descanso se llegó con un cero a cero más que justo.

Dos errores, dos goles

Entraron mucho mejor los germanos en la reanudació­n, generando ocasiones claras. Pero el Rangers volvió a tener paciencia para recuperar la posesión y salir de la presión alta de los alemanes. Y en una pelota larga, Sow tocó hacia atrás y Hutta se desequilib­ró dejando solo a Aribo, que no perdonó. Gol y lesión del central del equipo alemán. Mal asunto para Glasner, que había planteado el partido a la contra con velocidad y fútbol directo. Así que la decoración cambió y las gradas del Pizjuán se convirtier­on en un festival de cánticos escoceses. Pero en un centro sin peligro diez minutos más tarde se durmió la zaga caledonia y Santos Borré apareció para empatar. Y no se volvió a mover el marcador. El partido llegó a la prórroga con los dos equipos más preocupado­s por taparse que por llegar arriba. Así que el tiempo extra tampoco trajo ninguna novedad y se llegó a los penaltis. Y ahí emergió la figura de Trapp. El guardameta le paró el penalti a Ramsey, que salió para tirar en la tanda.

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Jorge Guerrero / AFP Los aficionado­s del Eintracht, durante la final en el Pizjuán.

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