Cuba enfrenta otra crisis de combustible que agrava sus carencias
«La espera desespera», se lamentó el portal oficialista Cuba debate al comentar la nueva crisis de combustible en la isla. Las interminables colas de automovilistas y camioneros aportan un nuevo ingrediente de combustión para una sociedad atravesada por un rosario de problemas que van desde el incremento del coste de la vida a la falta de medicamentos, la provisión de energía y la inseguridad. De todo eso se habla en las filas que serpentean alrededor de una gasolinera y que se prolongan por horas, e incluso días, según se señala en las redes sociales, esa fuente del descontento que el Gobierno no puede controlar.
La cola frente a un comercio o un supermercado se convirtió en una relación social desde comienzos de los 60, cuando se agudizó el enfrentamiento con Estados Unidos y comenzaron a implementarse las sanciones económicas. El tiempo de generaciones transcurrió en esas hileras, especialmente durante el llamado Periodo Especial en Tiempos de Paz, los años que siguieron a la implosión en 1991 de la Unión Soviética, el principal proveedor de Cuba. Pero dormir y comer como parte de una extensa vigilia para cargar combustible supone una inquietante novedad.
Servicios particulares
Los niveles de escasez de combustible tienen su contracara en el déficit del transporte público. Desde la aparición, en 2018, de la telefonía móvil como medio autónomo de comunicación, comenzaron a surgir aplicaciones que emulaban a Uber como Sube y Bajanda. La falta de gasolina ha paralizado en buena parte esos servicios de chóferes particulares. Esta nueva ola de desabastecimiento tiene lugar pocos días después de los comicios legislativos y en momentos en que Venezuela, aliado capital del Gobierno, aparece otra vez como el bombero que puede apagar el incendio en ciernes. Petróleos de Venezuela incrementado el suministro de petróleo a la isla durante el primer trimestre.
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