El City deja noqueado al Bayern
El todopoderoso conjunto alemán se vio superado y tumbado en la lona por el equipo de Guardiola, que exhibió su ambición europea con un sinfín de ocasiones y tantos repartidos entre Rodri (un golazo), Silva y Haaland.
Partido gigante de Champions en Manchester que el City resolvió con la fortaleza de las grandes escuadras. Si no se dice que tiene ya casi los dos pies en las semifinales es porque delante figura un Bayern capaz de intimidar al más musculado, pero el equipo de Guardiola se comportó en el Etihad con la determinación de los que solo miran a la cima. Sacudió y golpeó a los bávaros como si fueran jugadores de la tabla baja de la Premier. Y no lo son. Son tremendamente buenos, pero los ingleses, aún más. Al menos ayer, en que las ocasiones abundaron y los goles se repartieron entre Rodri, Silva y, cómo no, Haaland (3-0).
Partido de gigantes como Erling Haaland, el portaviones importado por Guardiola para asaltar la Champions, que lanzó una serie de avisos en la primera parte en los que anunció que pretendía ser protagonista. Aviso 1, disparo alto y cruzado (m. 5). Aviso 2, casi se come al cancerbero Sommer, que frivolizó con el balón a un palmo de la línea de gol (m. 13). Aviso 3, con inmejorable visión de la portería, hizo un disparo de pajarito cuando el Etihad aguardaba una detonación nuclear (m. 25). La diana vendría después. Antes pasaron bastantes cosas.
Esfuerzo innegociable
Thomas Tuchel y Pep Guardiola son dos entrenadores muy participativos en cada resorte del juego y que no negocian sobre el esfuerzo de sus jugadores. Cómo corrieron los futbolistas de los dos equipos anoche en el Etihad bajo el aguacero inglés. Qué potencia. Cuánto orden y a la vez cuánto frenesí. Producía escalofríos imaginarse al tembloroso Barça de Xavi tratando de tenerse en pie en semejante campo de batalla.
El partido se rompió en la segunda parte, aunque fue el español Rodri quien causó la primera gran explosión en la lluviosa noche de Manchester. Con la izquierda, su pierna mala, conectó un tiro portentoso desde fuera del área que cogió efecto y se coló en la portería alemana (m. 27). Primer gol de su carrera en la Champions. Lo recordará siempre. Los espectadores en el estadio no lo olvidarán fácilmente tampoco. «Me tengo que
animar más», diría al final.
El gigante en el Bayern, el tipo que se creció más que ningún otro, fue ayer Sané, exjugador del City. El extremo alemán reclamó los focos con disparos al por mayor. Ederson se ganó la prima con estiradas de mérito. Se le contabilizaron cuatro zurdazos a Sané.
La cruz hubo que ponérsela a Upamecano, el pulcro central que en la segunda parte se tornó en un flan. Una salida de balón atolondrada ante un Grealish que mordió en la presión comportó un robo que acabó en los pies de Haaland. El noruego, en lugar de encender la mecha y que arda Alemania, optó por una entrega suave como una toalla nueva que Bernardo Silva cabeceó adentro (m. 70). Upamecano se hundió y con él pareció arrastrar a sus compañeros.
Haaland se resarció seis minutos después, cuando la tromba de agua se confundió con la tromba de juego del City, y empujó el tercer tanto de su equipo tras una dejada de Stones. El Bayern se sintió ahogado. Ganó la posesión del balón gran parte del encuentro (44% versus 56% para los bávaros), pero tuvo unos momentos de debilidad que el equipo de Guardiola aprovechó para dejarle noqueado.
Antes se produjeron un sinfín de ocasiones para ambos equipos, sobre todo para el City. Fue un festival de 17 tiros para los ingleses ante los 12 de los alemanes. Pero llegó un momento en que el City entró en trance y arrolló a un conjunto que no parecía que pudiera siquiera marearse nunca. Más que complicada vuelta para los hombres de Tuchel. ■
Rodri marcó su primer tanto en la Champions que abrió el vendaval de los ingleses Upamecano se hizo frágil y con sus errores todo el Bayern se vino abajo con él