El valor de una Liga

Anda Xavi con la mosca detrás de la oreja por aquello que escucha y lee. El técnico del Barça, a diferencia de otros, no disimula su atención al entorno. Está atento a todo lo que se dice. Y le afecta. Y tiene razón, no hay una euforia desmedida respecto a esta Liga que ganará el Barça. Otra cosa es que su afición no sepa dar el mérito que corresponde a un título que no se gana cada año. No se puede decir que a un equipo que va a ritmo cercano a los 100 puntos, el título le resulte barato.

De hecho, puestos a valorar, parece más cara esta temporada que la pasada cuando uno de los candidatos dimitió en noviembre. Pero pasa con las ligas, que cabe recordar continuamente el valor que tiene ganarlas, especialmente cuando se intuyen un par de meses antes del final de la competición. El mérito de la puntuación azulgrana en la competición es espectacular y resulta paradójico, pero si el Barça hubiera sido algo más irregular, el aficionado la disfrutaría mucho más.

Cuestión de constancia

La Liga no puede competir con el glamour de otras competiciones más cortas y con formatos más emocionantes. Aquí se premia la constancia de todo el año, que ganes cuando estás bien, cuando estás fino, pero también ese día en que te faltan jugadores, ese día que toca jugar en un campo embarrado, o a la hora de la siesta. La Liga es la rutina mientras que la Champions es la noche del sábado. Pero sin la constancia del día a día, rara vez te van a dejar entrar en la fiesta de luces del fin de semana, especialmente si eres el Barça.

Y ya que nos fijamos en las palabras de Xavi, el técnico es el primer inconformista. El primero que se ha encargado de señalar que a este equipo le falta madurez en según qué partidos y que aún debe mejorar en el juego para ser competitivo en todo. No es incompatible reconocer el mérito de ganar la Liga, con el realismo de saber que aún queda mucho camino por delante. Porque la temporada, desgraciadamente, no solo han sido esas tardes de rutina sino también las eliminaciones dolorosas ante equipos grandes.

■