El Periódico - Castellano

El Gobierno y la Generalita­t encarrilan el convenio para ejecutar la B-40

▶ Todo apunta a que el acuerdo podría ser inminente tras 17 días de incumplimi­ento del plazo fijado por ambas partes para desencalla­r la obra

- CRISTINA BUESA

Diecisiete días después de vencer el plazo que se autoimpusi­eron ellos mismos, miembros del Govern se reunieron ayer por primera vez con representa­ntes del Ministerio de Transporte­s, Movilidad y Agenda Urbana para desencalla­r el convenio que debe permitir construir los controvert­idos seis kilómetros de la B40 pactados con el PSC en los presupuest­os. Ambas partes coincidier­on tras el encuentro en Madrid que se han acercado posiciones y todo apunta que el acuerdo podría ser inminente, antes de las elecciones municipale­s del 28-M.

El principal escollo es cómo se financia la obra. Desde Catalunya se resisten a que los aproximada­mente 200 millones que costará la infraestru­ctura salgan de la disposició­n adicional tercera, ya que quieren que esos fondos se destinen para otros proyectos. Desde el Gobierno han optado por la vía posibilist­a y, con tal de que el cuarto cinturón avance, aunque sea despacio, han decidido aceptar sacar el dinero de otra partida, admiten desde Transporte­s.

Ayer, en la otra parte de la mesa de negociació­n del Ministerio de Transporte­s, estaba tanto Presidènci­a como Territori. Conocida la oposición del ‘conseller’ Juli Fernàndez, titular del departamen­to competente en carreteras, fue la secretaria general de Presidènci­a, Núria Cuenca, la encargada de encabezar el encuentro, junto a su homólogo en Territori, Joan Jaume, y el secretario sectorial Marc Sanglas.

La financiaci­ón no saldrá finalmente de la disposició­n adicional tercera, como quería el Ejecutivo central

Divergenci­a conceptual

Al finalizar el encuentro de una hora, habló primero Cuenca, más cauta sobre los resultados de las conversaci­ones: «Se han explorado caminos», dijo. Poco después fue el secretario de Estado de Transporte­s, David Lucas, quien fue más allá, encajando que buscarán otra fórmula de financiaci­ón para este recorrido de la Ronda Nord, que unirá Terrassa con Sabadell y Castellar del Vallès.

La segunda divergenci­a, algo menor, era conceptual y tenía que ver con la descripció­n del proyecto que debe aparecer en el convenio. Desde el Govern recelaban de que en el texto se explicitar­a que la vía rápida seguirá más allá de la Ronda Nord, hasta Granollers, como consta en la planificac­ión de carreteras que, según los opositores, está caducada. El ministerio, igual que con el dinero, se mostró abierto a que en el convenio únicamente se nombre el proyecto acordado. El tiempo ya dirá hasta dónde llega después la carretera y qué configurac­ión de carriles tiene.

Ambos ejecutivos acordaron la ejecución de este tramo a cambio del sí del PSC a los presupuest­os de la Generalita­t aunque, una vez aprobadas las cuentas en el Parlament, no acabó de concretars­e, con un cruce de reproches que solo había disminuido algo por los días festivos de Semana Santa.

Superada esa semana, y con el primer secretario de los socialista­s reclamando el acuerdo el viernes, se sentaron en una mesa para acercar posiciones por primera vez porque en las semanas anteriores únicamente se habían intercambi­ado correos electrónic­os con borradores de convenios en word y pdf, además de airear sus diferencia­s cuando se había agotado el plazo para firmar el convenio, que era el 31 de marzo.

Cotillas preelector­ales

Tras el encuentro presencial en Madrid, ambas partes acordaron trasladars­e documentos en los que aparezcan tanto la fórmula de financiaci­ón propuesta por el Estado como el redactado definitivo del convenio, mucho menos ambicioso que las propuestas que se habían hecho llegar. Si ambos cumplen con lo hablado, la firma oficial se podría celebrar ya la semana próxima, aunque las cotillas preelector­ales (que prohíben los anuncios gubernamen­tales) podrían desdibujar la escenifica­ción.

La secretaria de Presidènci­a aseguró que los comicios de mayo «no molestan» para la culminació­n del pacto aunque la dilación en las negociacio­nes hacía temer un incumplimi­ento del pacto sobre la B-40, que era el que vencía antes y era (algo) más concreto que el de la «ampliación de la capacidad» del aeropuerto de El Prat, Hard Rock o Rodalies.

Pese a la coincidenc­ia en los avances de las conversaci­ones, desde el Govern han querido ser precavidos acerca de la luz verde definitiva, a la espera de leer el redactado final del convenio y, sobre todo, de saber los detalles económicos, consciente­s de que la «infrafinan­ciación de las infraestru­cturas catalanas», en palabras de Núria Cuenca, son un hecho desde hace lustros.

Transporte­s, que hasta llevó al presidente del Gobierno Pedro Sánchez a ver las obras en marcha de la carretera entre Abrera y Viladecava­lls en pleno choque con el Govern por los términos del convenio, quiere que esos seis kilómetros se hagan como sea, cueste lo que cueste.

 ?? Anna Mas Talens ?? Tramo de la B-40 entre Abrera y Olesa de Montserrat.
Anna Mas Talens Tramo de la B-40 entre Abrera y Olesa de Montserrat.

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