Vergés afronta una semana ‘horribilis’ por el pulso de Junts con Borràs y Puig
La Cámara debe responder sobre el escaño de la expresidenta y el voto del ‘exconseller’
A seis semanas para las elecciones municipales, la republicana Alba Vergés tiene que afrontar sus jornadas más difíciles como vicepresidenta en funciones de presidenta del Parlament y mirar de aislar su campaña como alcaldable en Igualada de los incendios de la institución. Empezando ya por este martes, que la Mesa tiene que abordar dos patatas calientes: decidir si se presentan alegaciones a la Junta
Electoral Central (JEC) contra la retirada del escaño de Laura Borràs y si se mantiene el voto delegado de Lluís Puig.
Aunque el choque más duro se prevé con el asunto que afecta a la líder de Junts y por el que la Cámara acumula nueve meses de interinidad, lo más previsible es que, de momento, solo se gane tiempo. Presumiblemente, la Mesa argumentará ante la JEC que el reglamento solo contempla la retirada del escaño en caso de sentencia firme y que ordenar lo contrario es una injerencia a la soberanía del Parlament. Un movimiento que ya se dio en los precedentes del expresidente de la Generalitat Quim Torra por retirar fuera de plazo una pancarta del balcón de la Generalitat y el exdiputado de la CUP Pau Juvillà por no atender la orden de descolgar lazos amarillos de su despacho de la Paeria. Este último caso se dio, precisamente, bajo la presidencia de Borràs, aunque el resultado acabó siendo la retirada del escaño. La diferencia, ahora, está en la naturaleza de la causa.
La líder de Junts está condenada a cuatro años y medio de cárcel y a 13 de inhabilitación por los delitos de prevaricación y falsedad documental por haber fraccionado 18 contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). La prevaricación es un delito contra la administración pública, por lo que según la LOREG, cuando hay condena, aunque no sea firme, se produce una situación de inelegibilidad sobrevenida y se pierde la representación parlamentaria.
La beligerencia de Borràs
Para la mayoría de partidos del Parlament, a excepción de Junts, la sentencia es «por corrupción», motivo por el que, pese a las alegaciones que se presentarán, la beligerancia de ERC y de la JxCat por el choque competencial se prevé de baja intensidad. El desenlace final del serial –la retirada del escaño– no se prevé hasta principios de mayo, pero la batalla política ya ha empezado. Ayer, el portavoz del partido, Josep Rius, trasladó la presión a Vergés, a quién exigió que cumpla el reglamento y no actúe hasta la sentencia firme. «Todo es cuestión de voluntad política», dijo. Más beligerante fue el viernes Borràs, que acusó la vicepresidenta primera de haber «vulnerado deliberadamente» y «premeditadamente» sus derechos. Todo ello a pesar de que la líder de Junts también acabó retirando el escaño a Juvillà sin que hubiera sentencia firme.
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